En Estados Unidos, el 5 de mayo a menudo se confunde con el Día de la Independencia mexicana. Lo que en realidad conmemora la Batalla de Puebla de 1862 entre un ejército mexicano formado mayormente por indígenas y las fuerzas invasoras de Napoleón III.
La fecha siempre es recordada por los hispanos de California y los luchadores abolicionistas, pues asociaron esa victoria mexicana con la lucha contra la opresión y la esclavitud. Durante el Movimiento Chicano de la década de 1970, los mexicano-estadunidenses utilizaron esa fecha para conmemorar una batalla tipo David contra Goliat y para que sirviera como motivación en la lucha por la reivindicación de los derechos civiles de los inmigrantes e ilegales.
TE RECOMENDAMOS: La batalla de Puebla: MINUTO A MINUTO
Desde entonces, la celebración en ese lado de la frontera se volvió tradicional e incluso el presidente George W. Bush acostumbraba celebrarlo con una fiesta en la Casa Blanca a la que eran invitados grupos musicales, representantes de organizaciones de inmigrantes mexicanos y ciudadanos distinguidos de ascendencia mexicana. Esta costumbre la continuó el presidente Barack Obama durante los 8 años de su mandato.
Temor en la fiesta de este año
Este año, algunos barrios de inmigrantes de Estados Unidos han cancelado o reducido los festejos del 5 de mayo por temor a que facilite deportaciones. En Filadelfia se suspendió la celebración luego de que los organizadores llegaron a la conclusión de que asistiría menos gente por temor a redadas del servicio de inmigración.
Hay quienes temen que los festejos tomen un giro violento y que alguna gente, envalentonada por la retórica de Trump, se burle e incluso agreda a los mexicanos. En Waco, Texas, una fraternidad de la Baylor University fue suspendida después de hacer una fiesta del 5 de mayo en la que los estudiantes se habrían vestido como obreros de la construcción y mucamas, y festejaron gritaron “construyan ese muro”. La fiesta está siendo investigada y hubo una protesta posterior.
“No me gusta sentirme tan enojada ni impedir que la gente festeje”, indicó Joanna Rentería, bloguera mexicano-estadunidense de San Francisco. “Pero cuando alguien hace un comentario ignorante sobre mi cultura, eso me afecta”. Joanna dice que planea festejar la fecha luciendo un huipil —una túnica con pájaros y flores coloridas— que compró en el pueblo de donde viene su familia.
Por años, Yazmín Irazoqui Ruiz vio los festejos del 5 de Mayo como una excusa para comer tacos y escuchar música mexicana. Esta estudiante de medicina de 25 años llegó de pequeña a Estados Unidos desde México y festeja todos los años una fecha que rinde homenaje a una patria que apenas si recuerda.
Pero no esta vez, pues insiste en que no quiere participar en las festividades de este año en momentos en que el presidente Donald Trump emprende una campaña contra la inmigración ilegal y sus partidarios le piden que cumpla su promesa de construir un muro a lo largo de la frontera con México.
TE RECOMENDAMOS: Indigna fiesta "antimexicana" en la Universidad de Texas
Las políticas inmigratorias y la retórica de Trump hacen que muchos mexicano-estadunidenses e inmigrantes tomen distancia de un día feriado del que, ya desde hace tiempo, piensan que las empresas de cervezas y de licores se han apropiado sólo para promover festejos y eventos en bares y restaurantes.
Activistas y académicos hispanos dicen que esa ambivalencia se ve reforzada en la época del 5 de mayo por su historia confusa y por los estereotipos que explotan los comerciantes.
*Con información de AP
AG