Por qué no dejarás de usar Facebook aunque lo odies

Todo está en la posibilidad que te da de ser una versión mejorada de ti, tener el control de tu presencia digital y porque somos malos para juzgar lo que es malo para nosotros. 

Editorial Milenio
Ciudad de México /

Si bien los problemas de privacidad de Facebook son recientes, los usuarios han sabido de otros de sus defectos por años. Que la red social nos puede hacer sentir miserables es una noticia vieja: tantos estudios han concluido que afecta negativamente a nuestro bienestar, que el año pasado la compañía realizó su propio estudio y en general coincidió.

Entonces, ¿por qué todos seguimos usando el servicio? ¿Qué dicen los expertos que estudian nuestra conducta sobre Facebook?

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Algunos de los motivos menos obvios...

>> Porque Facebook nos permite ser versiones mejoradas de nosotros mismos

En su libro bestseller, Reclaiming Conversation: The Power of Talk in a Digital Age, Sherry Turkle del MIT observa que solemos usar Facebook para "reflejar la persona que queremos ser, nuestra persona aspiracional".

Algunos investigadores teorizan que podemos beneficiarnos de interactuar con esta personalidad mejorada, más brillante. "Sí, filtramos y mentimos por omisión en Facebook", dijo la profesora Catalina Toma de la Universidad de Wisconsin-Madison.

"Pero también decimos la verdad. Una persona no puede decir que acaba de comprometerse, si no acaba de comprometerse". La investigación de Toma halló que cuando la gente pasa cinco minutos viendo su propio perfil de Facebook, aumentan sus sentimientos de valoración propia".

Turkle cree que Facebook alienta lo que el sociólogo David Riesman llamó "la vida dirigida al otro", en la que una persona mide su propio valor a través de lo que piensan otros. "Curamos una personalidad online que queremos que otras personas vean [...] predicamos la autenticidad pero practicamos la auto-curación. Nos alienamos a nosotros mismos de quienes realmente somos".

>> Porque Facebook nos hace sentir que tenemos el control

El control tiene un atractivo enorme en el contexto de interacciones humanas complejas.

"La comunicación online nos hace sentir más en control de nuestro tiempo y nuestra presentación personal", escribe Turkle en su libro. Facebook ofrece una combinación especial de este control, combinando nuestros amigos, opiniones políticas, fotos y logros de la vida en una presentación editable de uno mismo.

Facebook hizo un trabajo tan bueno para hacernos sentir en control, que la compañía comenzó a elaborar nuestras personalidades públicas por nosotros. Pensemos en los nuevos montajes fotográficos del sitio, de "aniversarios de amigos", en los que un algoritmo elige nuestras fotos con más "me gusta", más comentadas. Cuando publicamos estas representaciones personales creadas por la máquina, Facebook parcialmente está decidiendo qué facetas de vida deberíamos mostrar al mundo. En otras palabras, Facebook comenzó a armar la "persona aspiracional" de Turkle por nosotros.

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>> Porque somos malos para juzgar qué es bueno para nosotros

"Somos excepcionalmente buenos para justificar nuestra conducta", me dijo Kross. "Es uno de nuestros súper poderes". Kross citó el principio psicológico de la racionalización (el término presumido de la psicología por dar excusas), en el que justificamos nuestros propios pensamientos y acciones incluso cuando se nos presenta información contradictoria. Entonces, incluso cuando Facebook nos está haciendo infelices, cuando hay fotos de vacaciones y restaurantes y familias sin conflictos que nos deprimen activamente, probablemente racionalicemos esa conducta. Usualmente somos incapaces de decidir racionalmente, "mirar las fotos de ese amigo me hizo sentir peor sobre mi propia vida, por lo que sería sensato y sano evitar sus publicaciones en el futuro".

>> Porque no hemos abandonado la esperanza

"Facebook es una obra en construcción, y Facebook cumple funciones importantes: nos conecta con otros, nos deja intercambiar información entre nosotros fácilmente y nos ayuda a obtener apoyo social cuando lo necesitamos. Nos ayuda a abordar nuestra necesidad más fundamental: la necesidad de pertenecer", escribió Hanna Krasnova, presidenta de Informática de Negocios, esp. Redes Sociales y Ciencia de Datos de la Universidad de Potsdam, por correo electrónico.


mrf

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