El último informe de la National Oceanic and Atmospheric Administration apunta que por el aumento de la temperatura planetaria y la sequía, el 90 por ciento de los cultivos de cacao ya no serán aptos en 2050, lo que llevará a la extinción del chocolate.
A pesar de la gran importancia del cultivo en Sudamérica, la mayor zona de producción de chocolate del mundo proviene de África occidental, principalmente de Costa de Marfil y de Ghana, país —este último— que dio la voz de alarma en 2008 a través de su Centro de Investigación de Conservación de la Naturaleza.
Estos dos países producen más del 50 por ciento del cacao del mundo. Las plantas prosperan en los bosques lluviosos de la región, pero en los próximos 40 años, las crecientes temperaturas de la Tierra reducirán excesivamente las zonas de siembra, provocando que los cultivos se tengan que trasladar a reservas naturales o, por la emergencia, a zonas no aptas para el cultivo.
Los granos sólo pueden crecer dentro de una estrecha franja de selva a unos 20 grados al norte y al sur de la línea del Ecuador, donde la temperatura, la lluvia y la humedad permanecen relativamente constantes durante todo el año.
Productores y consumidores
Los principales países productores de cacao en el mundo, según datos de la Organización Internacional del Cacao, son Costa de Marfil (38%), Ghana (19%), Indonesia (13%), Nigeria (5%), Brasil (5%),Camerún (5%), Ecuador (4%) Malasia (1%). Estos países representan el 90 por ciento de la producción mundial.
México ocupa el lugar 11 en producción del grano, participando con menos del 2 por ciento de la producción mundial, a causa también del olvido gubernamental de este sector, al cual no se le brindan apoyos y cuya producción va en descenso desde 2012, cuando se produjeron 22 mil toneladas, afirman el especialista en valuación rural Carlos Sandoval y Cecilia García, directora de la Asociación Anauatlali Pro Derechos de la Propiedad Rural.
En tanto, los países consumidores de cacao en el mundo son Estados Unidos con más del 32 por ciento, Alemania con más del 11 por ciento, Francia con más del 10 por ciento, Reino Unido con más del 9 por ciento y la Federación Rusa con más del 7 por ciento, seguido de Japón, Italia, Brasil, España, Canadá, Polonia, Bélgica y México con apenas el 2.5 por ciento.
La National Oceanic and Atmospheric Administration recomienda centrarse en cultivar razas específicas que sean resistentes a la sequía y esforzarse más por cultivar semillas de cacao utilizando un método sostenible tradicional brasileño llamado cabruca, que consiste en plantar árboles adicionales en la selva para proporcionar sombra a los árboles de cacao, un elemento esencial para la sobrevivencia de las semillas.
El genoma, posible solución
Para afrontar la situación, la marca de chocolatinas Mars ha decidido unir fuerzas con un grupo de científicos de la Universidad de California, en Berkeley, activando un plan de choque. La solución pasa por usar el CRISPR, una tecnología capaz de realizar modificaciones a la carta en el ADN y el genoma.
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Bajo la atenta mirada de Myeong-Je Cho, director de genómica vegetal, en Berkeley, se está trabajando en invernaderos para transformar pequeñas plantas de cacao. Después de un cambio en el ADN, pronto serán capaces de sobrevivir y prosperar en un clima más cálido.
Este hecho es posible gracias a la tecnología CRISPR (nombre de uno de los filamentos del ADN), que permite pequeños y precisos ajustes al ADN. Fue creada por Jennifer Doudna, genetista de la Universidad de California que ganó el premio Princesa de Asturias de Investigación por la invención de esta tecnología genética, y quien se mantiene como asesora de Myeong-Je Cho en este proceso de alteración del genoma del cacao.
Aunque su hallazgo ha recibido más atención por su potencial para erradicar enfermedades humanas y crear los llamados “bebés de diseño”, Doudna cree que sus funciones más importantes no serán aplicadas en los humanos sino en los alimentos.
Estos ajustes ya se están utilizando para hacer los cultivos más baratos. Pero su uso más importante puede aún estar por llegar. Seguramente sea en un mundo cambiante en el que muchas plantaciones están amenazadas por los impactos del cambio climático, incluyendo más plagas y falta de agua.
La situación en México
El mercado del cacao en grano seco en México presenta desde los años noventa una balanza negativa. La Asociación Anauatlali Pro Derechos de la Propiedad Rural sostuvo que el 70 por ciento del cacao mexicano ingresa al mercado internacional.
El 95 por ciento del grano que se comercializa es básico, corriente u ordinario y proviene de las variedades denominadas “forastero”. Sólo el 5 por ciento pertenece al grupo de cacaos finos aromáticos de variedades criollas, mismos que son muy apreciados por su aroma y calidad.
Carlos Sandoval y Cecilia García, comentaron, en entrevista, que el cacao original de almendra blanca fue sustituido paulatinamente de las plantaciones por materiales procedentes de Sudamérica y el Caribe, que resultaban más productivos y tolerantes a enfermedades propiciadas por plagas.
Así, el cacao de almendra blanca prácticamente desapareció de Tabasco y Chiapas, y ahora sólo sobrevive algunas plantas dispersas dentro de las plantaciones y una sola explotación comercial privada.
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Cecilia García advirtió a los consumidores de chocolate de nuestro país que este producto se elabora principalmente con grasa de cacao, manteca y saborizantes artificiales, de tal manera que no son chocolates elaborados con cacao.
El panorama no es nada alentador para este sector de pequeños y mediano productores sometidos al coyotaje que “va casa por casa porque el productor no tiene ni siquiera con qué transportar el cacao a los centros de acopio”.
Y ahora se suma el peligro de la sequía producida por el calentamiento global, que reduciría los terrenos de cultivo a escala mundial y también la producción y el consumo de chocolate en México.
bgpa