En los libros San Miguel de Allende hospitalidad y San Miguel de Allende encuentro y encanto, el fotógrafo Nacho Urquiza proyecta la esencia de la ciudad guanajuatense, su riqueza cultural, su belleza natural y la evolución que ha adquirido sin perder la personalidad que la hace única, y que apenas el pasado 8 de julio le valió para formar parte de la lista de las diez ciudades más bellas del mundo según Travel+Leisure, una publicación especializada que, radicada en Nueva York, cuenta con 4.8 millones de lectores.
Y aunque la distinción representa un halago para los sanmiguelinos, lo cierto es que desde que el 8 de julio de 2008 la Unesco declaró a San Miguel de Allende Patrimonio Cultural de la Humanidad, “las revistas internacionales, de turismo y de viajes la han galardonado” como la número uno, como la más bella y como la que tiene mejores servicios de hotelería y gastronomía, afirma Francisco García, director del Centro Histórico y Patrimonio de la ciudad, en entrevista con M2.
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La icónica iglesia donde los nativos veneran a su patrono, San Miguel Arcángel, a quien celebran el 29 de septiembre con cohetes y mariachis; las calles empedradas que exigen caminar despacio y permiten la admiración de las construcciones coloniales, y las fachadas de las viejas construcciones que se uniforman de amarillo pero que puertas adentro son un agasajo a los sentidos por sus colores y decoración; ya sean casas habitación, hoteles, restaurantes o bares, son parte de la belleza de este poblado que cada día gana más notoriedad en el mundo y recibe cada año miles de visitantes nacionales y extranjeros, que en algunos casos ceden a su encanto y se transforman en residentes.
Urquiza y García coinciden en la transformación que, en los últimos 20 años, ha tenido San Miguel. El fotógrafo refiere el contexto que encontró al captar las imágenes de su segundo libro: “Me tocó ver a un San Miguel muy cambiado, pero sin perder su esencia, ni su paciencia, ni su homogeneidad, ni su hospitalidad. Crece, pero se afianza, se aferra cada vez más a su cultura, a sus fiestas, a su religión, a sus habitantes”.
Mientras que para el funcionario, esta evolución no sólo se materializa en el trabajo que hace el Instituto Nacional de Antropología e Historia para preservar en condiciones óptimas las edificaciones y monumentos de la ciudad, sino también en los servicios de restaurantes, hoteles y hoteles boutiques que brindan sus pobladores, entre ellos canadienses y europeos que han hecho de San Miguel su segunda patria.
Así se da la amalgama entre la fuerte tradición de los lugareños, que va desde “tomar el fresco” en el zócalo o disfrutar el ritmo de los músicos en el quiosco, como recientemente sucedió con Natalia Lafourcade, quien grabó ahí su video "Mi religión", con la sofisticación de quienes llegan a San Miguel con ideas modernas a emprender, a generar empleos y a brindar las tan en boga “experiencias de vida”.
Esto es, conceptos de hospedaje o restaurante en los que el lujo, confort y glamour son parte esencial para lograr la satisfacción del turista, que lo mismo puede encontrar el placer de un hotel de estilo minimalista impregnado de numerosas obras de arte, como el Matilda, que en sus pasillos cuenta con obras de Jorge Marín; o bien descubrir un oasis para el descanso y la reflexión, como el que brinda Belmond Casa de Sierra Nevada, que además ofrece clases de cocina (en su escuela Sazón), donde se enseña la tradición y riqueza de la gastronomía mexicana, que inicia con la compra de los ingredientes en el mercado del pueblo.
En ese estilo de vida que ofrece San Miguel de Allende, otra opción es degustar platillos de la gastronomía italiana acompañados de una gran variedad de cocteles, como ocurre en Áperi, un lugar amable y sofisticado.
Pero en San Miguel también hay alternativas como la que proporciona La Santísima Trinidad con su recorrido por el proceso del vino, que va desde un paseo por los viñedos hasta la visita a las bodegas, al huerto orgánico, al campo de polo o simplemente un recorrido en bicicleta, mientras se disfruta el aroma de los sembradíos de lavanda.
García aclara que si bien es cierto que San Miguel es un destino con precios promedio elevados, “también tenemos restaurantes de dos o tres estrellas, de modo que lo mismo te puedes comer unos tacos de 30 o 40 pesos que disfrutar de un restaurante de calidad mundial”.
Con 400 restaurantes y 150 galerías, “pues en San Miguel hay mucho interés por promover el arte”, la actividad para hacerla más atractiva no se detiene. Actualmente, dice García, existe el plan de crear el Museo de la Ciudad, en el Antiguo Palacio Municipal, así como un Museo de Arte Moderno y uno más del ferrocarril.
Todo esto, desde luego, tendrá que esperar a que disminuya la pandemia y puedan reanudarse plenamente las actividades en una de las ciudades más bellas del mundo.
Frases...
- De acuerdo con la revista neoyorquina Travel+Leisure, San Miguel de Allende se encuentra entre las diez ciudades más bellas del mundo.
- Para el fotógrafo Nacho Urquiza, “San Miguel ha cambiado mucho en los últimos años, pero sin perder su esencia, ni su paciencia, ni su homogeneidad, ni su hospitalidad”.
- En la hermosa ciudad guanajuatense existe el plan de crear el Museo de la Ciudad, un Museo de Arte Moderno y uno más del ferrocarril.
amt