Lo primero que llama la atención es el acceso, al igual que los largos pasillos edificados en piedra, donde los tonos ígneos toman especial valor, con grandes zaguanes y estrellas, muchas estrellas que cuelgan de los techos, como parte de una celebración de luz y esperanza.
El Hotel Hacienda El Santuario, un tesoro representativo del siglo XVI, conserva en sus entrañas un estilo neovirreinal; son sus interiores los que destacan con alfarería, piedra tallada, esculturas, colores e incluso un mural, ubicado dentro de su bar La Sanmiguelada, y que fue pintado por el artista mazatleco José Luis Arias.
- Te recomendamos Querétaro, un oasis para el turismo de romance Estilo
“Lo que busqué en el mural fue hacer una representación de la historia de este hermoso lugar. Desde luego, tenemos a los grandes pintores que me inspiraron, como Frida, Diego Rivera y Siqueiros, y también la dualidad que conserva la ciudad entre el diablo y los ángeles, sus noches de canto, de fiesta. Tenemos un espacio para el arte, los mariachis, las calaveras, el Día de Muertos, la comida, la historia. Es un mural que representa el amor de la gente por San Miguel”, reconoció el mismo autor, quien dio un tono humorístico a su obra.
La vieja casona, remodelada en cada detalle incluso en su original beaterio, cuenta con un patio central, que da acceso a otros dos patios más, lo que introduce al misticismo de la edificación; mientras más profundo, el silencio es mayor, y al mismo tiempo invita a permanecer ahí, sentarse en una de las sillas y leer un buen libro, convivir con la cultura. “Es un lugar muy espiritual”, aseguró Marigel Piquent León, su directora comercial.
Gastronomía
“Aquí le damos preferencia a la gente de Guanajuato, contratamos mucha gente local, y por ello, específicamente en la cocina, tenemos personal que trae todas las tradiciones culinarias de municipios como Salvatierra, Comonfort, Dolores Hidalgo, en fin, de muchos lugares que le han dado un sazón increíble a los platillos que ofrecemos. Nos especializamos en comida mexicana, y les agradecemos a ellas, (las señoras que le ponen ese maravilloso toque personal) por trabajar con nosotros”, dijo Daniel Murias, gerente general.
El desayuno, que se incluye con el precio de la habitación, tiene delicias como menudo, pancita, carnitas, barbacoa, rajas con crema o quesadillas con tortilla hecha a mano. Desde luego, que también se ofrece fruta fresca con yogurt, cereales, café de olla, atole de chocolate, jugo de naranja y aguas frescas.
“Recibimos a nuestros visitantes en La Samaritana, donde hoy pueden disfrutar agua de horchata con nieve de tuna, jamaica con frutos rojos y nuestra especialidad, agua de buganvilia”, (que abunda en este sitio), confirmó Marigel, la anfitriona.
Las votaciones
Condé Nast Traveller es una empresa que realiza una encuesta mundial, a través de los Readers’ Choice Awards, para que los viajeros voten por su ciudad, hotel, destino, playa o crucero favorito.
Y tiene razón. El Santuario se ubica en la emblemática calle Aldama, empedrada, con casas en tonos beige, con trazos que conservan y cuentan su historia, y una pequeña entrada que permite apreciar el mundo ecléctico de este lugar. _
Las instalaciones
El hotel tiene 30 suites en cuatro categorías: Petite, junior, master y gran master suite. Todas con muebles rústicos y algunas con cocina.
Artesanía nacional
DAG