La senadora australiana Larissa Waters, amamantó a su pequeña de tres meses mientras presentaba una moción en el parlamento federal.
La pequeña Alia es visitante regular de la Cámara de senadores, pero el pasado jueves fue cómplice involuntaria de un momento histórico, cuando su mamá no dudó en levantarse, colocar una pequeña toalla blanca sobre su hombro y llevar a cabo su labor maternal de darle el pecho con total naturalidad, convirtiéndose en la primera mujer en amamantar a un bebé en el Parlamento de ese país o de cualquier otro en el mundo.
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Que los bebés tengan hambre y que las madres los amamanten no es noticia, pero que una legisladora lo haga en el Parlamento mientras presenta una moción si fue algo inusitado que reavivó la controversia sobre la lactancia en público.
No obstante, su acción natural tuvo más reacciones positivas que negativas, lo cual representa sin duda un paso importante en el desarrollo de la conciencia social sobre los derechos sociales de las mujeres.
La incorporación de las mujeres madres al ámbito laboral debe ser definitiva y genuina, y para ello es necesario comprender y demostrar que la maternidad y el trabajo no se contraponen ni tienen por qué ser excluyentes.
A comprender eso ha contribuido la en principio inocente y natural acción de Larissa Walters, que se convirtió rápidamente en un gesto político.
AG