Armando Muñoz: “Traduje la pintura al tatuaje”

El tatuador mexicano que reside en Nueva York trabaja el realismo y el surrealismo en un estilo propio, y asegura que utiliza la IA como herramienta.

Tatuador Armando Muñoz | Especial
Ciudad de México /

Un día la madre de Armando Muñoz le regaló un juego de pinturas, que sin duda le marcó el destino a su hijo. Sus cuadernos y libros han estado marcados por sus líneas, sin embargo, fue hasta que un amigo suyo tuvo un accidente que descubrió su pasión por el mundo del tatuaje.

El mexicano actualmente reside en Nueva York, desde donde habla con MILENIO sobre sus inicios: “El tatuaje llegó de una manera muy fluida por un amigo que tenía, que era mi vecino en México. Me tocó un día la puerta casi llorando porque se había hecho un tatuaje horas antes y me dijo: ‘Me tienes que ayudar, mi mamá me va a matar’. Se acababa de hacer uno en la pierna, pero el tatuador no era profesional; me dio la máquina en una caja de zapatos y me rogó que se lo arreglara. Yo le dije que no sabía usarla pero igual le metió la aguja y se lo hice. Mi primer tatuaje fue un cover up”.

Con el paso del tiempo fue desarrollando y puliendo su técnica, lo que lo llevaría a la creación de su estilo, entre realismo y surrealismo, y a que le fueran otorgados premios en el circuito del arte sobre la piel.

¿Cómo llegaste al realismo?

Antes de tatuar estuve pintando playeras para algunos grupos de rock y siempre era realismo, porque me gustaba capturar los detalles de los ojos. Lo que hice fue traducir la pintura al tatuaje, entonces, cuando empecé a tatuar, creo que fue corto el tiempo en el que hice tatuajes chiquitos porque empecé a hacer rostros. Mi hermana fue la primera a la que le hice un rostro, tatuándole la cara de mi mamá; ahí empecé con el realismo, y luego comencé a fusionar el realismo con el surrealismo. Yo digo que es una mezcla entre Dalí y Basquiat”.

Armando Muñoz | Cortesía del autor

Antes se estigmatizaban los tatuajes, ¿cómo se perciben ahora?

A través del tiempo hemos visto que se ha dividido en diferentes sectores. Actualmente pudiera ser que se siga percibiendo así porque hay mucha gente conservadora, pero hay gente más abierta e incluso lo consideran un lujo, porque tener un tatuaje no es algo indispensable y no es algo barato. La mayoría de nuestros clientes son profesionistas, ahora ves a doctores o abogados tatuados.

¿El tatuaje es arte?

Hay mala información sobre esto. He tenido la oportunidad de ir a convenciones en ciertos lugares de Europa y realmente allá se considera arte, porque para tatuarte con alguien debes estar en una lista de espera y tienes que darle total libertad al artista porque sabes que vas a recibir una obra de él. Yo me incluyo: tengo trabajos de otras personas y dejo que hagan su diseño porque quiero una pieza suya, y considero que es su obra de arte. Vivimos una etapa, como en su momento se vivió la pintura en óleo y había exponentes del arte. Esta nueva forma de expresión puede llamarse arte, aunque no todo el mundo lo ve así.

Tatuaje de Armando Muñoz | Cortesía del autor

Ganaste cuatro premios en Carolina del Norte…

Fue algo chistoso porque siempre que voy a una convención trato de hacer formatos muy grandes para que la gente que pasa por los pasillos tenga la opción de ver la pieza a distancia. Si hago una obra pequeña, muchas veces la gente intenta meterse al estand y es complicado. En esa ocasión mi clienta me canceló un día antes, así que ese día llegó una chica y me dijo: ‘Quiero hacerme este tatuaje’. Tenía dos opciones: no tatuar nada o hacer ese tatuaje; ella quería un personaje de una mascota de una casa de Harry Potter y lo hice. Al final del día metí esa pieza a cuatro categorías: mejor color mediano, mejor color grande, tatuaje del día y mejor tatuaje del evento. Gané todas; fue mi primera convención estando en Estados Unidos.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Tengo dos formas de hacerlo. La primera es, como lo defino: free style, en el que puedo hacer una composición que tal vez la publique o no, y la gente llega y pregunta si tengo diseños disponibles. Para mí, la verdad, esta es la forma que más disfruto porque son las mejores piezas que pueden existir; cuando me dan esa libertad porque es algo que hice desde cero y ya conozco perfecto el mapa que fui construyendo. La otra es el custom, que es cuando los clientes me envían la zona del cuerpo y las referencias que quieren.

Tatuaje de Armando Muñoz | Cortesía del autor

De unos meses para acá he hecho composición con tecnología artificial: utilizo mucho estas herramientas y me ha funcionado usar plataformas como Midjourney para crear composiciones únicas y que yo sepa que esa imagen no estará en otra persona.

¿La IA no es algo que se contrapone a la creación propia?

Estoy a favor de la IA cuando se usa como herramienta, no como un resultado final porque, como tatuadores, buscamos referencias. Por ejemplo, un compás marino con una cuerda, para generar esa imagen tendríamos que comprar nuestro propio compás, la cuerda y hacer una fotografía, lo que involucraría un proceso muy costoso. Lo que se ha venido haciendo desde hace tiempo es meterse a Pinterest para tomar referencias y luego hacer un tatuaje. Ahora, con la inteligencia artificial puedes crear una composición de referencia, porque al final no todo lo que se muestra en un diseño queda. Muchas cosas se deciden al momento de tatuar. Hay que tener una interpretación propia. _

jk

  • Viridiana Contreras
  • viridiana.contreras@milenio.com
  • Reportera y coeditora. Licencia en Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón (UNAM). Doce años en el periodismo cultural.

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