Mascotas. Los comederos públicos, contraproducentes

La intención puede ser buena, pero colocar lugares con comida y bebederos comunitarios para mascotas en la vía pública es un riesgo innecesario que conlleva daños a la salud de los animalitos

Mascotas / Araceli López.
Carlos Segoviano
Ciudad de México /

La sobrepoblación de mascotas es un problema social y de salud visto en muchas partes del mundo. Latinoamérica es una de las zonas geográficas que más sufre de ello y, a pesar de que los países de la región llevan años intentando erradicar el problema al promover la esterilización, crear leyes para la protección animal y concientizar sobre los beneficios de la adopción, los resultados aún son pobres.

En México se registra el mayor índice de abandono de mascotas; de acuerdo con datos del INEGI, en CdMx existen al menos un millón 200 mil mascotas, entre diferentes especies, de las cuales notamos que 30 por ciento son domésticas y un alarmante 70 por ciento está en situación de calle.

El abandono es muy notable en los meses posteriores a las festividades. A partir de marzo y hasta julio que empiezan los cachorros a crecer, si es que sobreviven. Por favor, no los vean como un regalo", ha dicho el director general de la Asociación Civil Defensoría Animal, Emanuel Pedroza en diversas ocasiones.

Tristemente, en la capital mexicana cerca de 500 mil mascotas son abandonadas al año.

Gracias a la “viralidad” de diversos videos que circulan en las redes sociales y a las comunidades que se han formado con muchas ganas de ayudar, se ha incrementado la idea de colocar comederos y bebederos comunitarios para mascotas en la vía pública.

Si bien esta acción tiene en un principio una intención humanitaria, está lejos de solucionar el problema, y peor aún, trae consigo algunas desventajas, entre ellas:

Multiplicación de especies dañinas. Al haber alimento servido en platos al aire libre, en automático, se incrementa la posibilidad de que otras especies consideradas plagas, como ratas, hormigas y cucarachas, se propaguen en las zonas de comida.

Para evitarlo, se sugiere dar limpieza continua a esos espacios o utilizar alimentadores más higiénicos que eviten que las plagas aparezcan, lo cual no es asunto sencillo ni barato.

Proliferación de otras enfermedades. Al compartir plato, si un animal está infectado con algún patógeno, de inmediato contagiará a todos los demás que consuman ese alimento o líquido después.

Si hay animales en la calle compartiendo un  plato para comer, no solo compartirán la comida, sino todo lo que traigan: infecciones, virus, parásitos y todo tipo de enfermedades”, señaló Mike Fonseca, vocero de la Comunidad Animalera Trabajando (Coat).

Dueños irresponsables. La aparición de estos comedores comunitarios refuerza la irresponsabilidad de algunos dueños, debido a la facilidad de obtener alimento gratuito para sus mascotas.

Personas mal intencionadas. Hay gente que puede poner veneno en estos comederos para dañar a los animales. _

Las claves

Proliferación

Un perro callejero bien alimentado se reproduce con mayor frecuencia, lo que incrementa la sobrepoblación.

Peleas callejeras

El alimento en la vía pública provoca que haya riñas entre perros callejeros y jaurías.

caov

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.