Viajero frecuente: cómo nos ve el mundo

Viajes

Viajar nos enseña todo acerca del mundo, pero también sobre nuestro país de origen.

Viajar se trata de formarte impresiones de los países de otras personas, pero también de recoger las impresiones que tiene el mundo acerca de tu país.
Michael Skapinker
Ciudad de México /

Hace algunos años, di una plática sobre el futuro del idioma inglés en un instituto al sur de Munich. Después, caminé hacia la estación local para tomar el tren de regreso a la ciudad. Ningún tren se movía. La gente se daba la vuelta.

 Algunas personas de mi público, alemanes que enseñaban inglés en escuelas locales, se me unieron en la plataforma. Había caído un árbol en una línea eléctrica, con lo que se interrumpieron los servicios de trenes por varios kilómetros a la redonda. “¿Qué estarás pensando de nosotros?”, me preguntaron los profesores. Me sentí aliviado, les dije, de ver que a ellos también les pasaba algo así. 

Mientras viajábamos de regreso a Munich, alejándonos de los autobuses de reemplazo a otros servicios ferroviarios, me di cuenta de que mi referencia a los retrasos en los trenes británicos no tuvo repercusión. 

Los profesores, de los cuales muchos de ellos habían vivido en Reino Unido, tenían sus propias impresiones del país. Eran anglófilos, pero algunos recordaban un horror: las salas de los hospitales británicos: no sus estándares de higiene, sino su tamaño. ¡Tantas camas en una habitación! En los hospitales alemanes nunca tendrías tantos pacientes en una sala. 

Viajar se trata de formarte impresiones de los países de otras personas, pero también de recoger las impresiones que tiene el mundo acerca de tu país. Si es que las tienen. En los años que tengo de viajar, he descubierto que pocas personas saben mucho sobre mi lugar de nacimiento, Sudáfrica. Han leído sobre la transición que encabezó Nelson Mandela, sienten que las cosas no han ido tan bien desde que se retiró y han escuchado que el país es hermoso.

 Acerca de Reino Unido, mi hogar durante la mayor parte de mi vida adulta y el lugar de donde es mi pasaporte, saben más. Muchas de las personas con las que trato han visitado Gran Bretaña; bastantes son graduados de las universidades de Reino Unido. Durante el año pasado, su interés es el que preocupa a mi propio país. Ven al Brexit con perplejidad, pero también con el murmullo de una audiencia atemorizada y contenta de no ser ellos, que espera una pirueta temeraria: alguien está listo para dar un salto mortal desde una gran altura hasta una pequeña piscina debajo. ¿El clavadista se va a estrellar en las rocas que lo rodean? 

Las personas de las que obtengo mis opiniones son autoseleccionadas. Normalmente me reúno con ellas cuando asisten a los cursos que dirijo para el negocio de educación ejecutiva de FT. Los cursos son en inglés, por lo que los participantes tienen dominio del idioma. Debido a que participan en negocios internacionales, respetan la objetividad de la ley inglesa, que rige muchos de sus contratos. No son totalmente representativos de sus países, por lo que las impresiones que recibo de ellos tampoco son tan representativas. 

Otros han intentado un enfoque más sistemático sobre lo que las personas piensan de nosotros. La semana pasada, el Consejo Británico publicó un estudio que realiza cada dos años sobre lo que los jóvenes, de 18 a 34 años de edad, en las naciones del G20 piensan de los demás países. 

El Consejo preguntó qué país consideraban más atractivo, en qué instituciones de los países confiaban más y en qué país les gustaría estudiar o visitar. 

Los jóvenes del G20 se sintieron más atraídos por Canadá, al que le siguieron Australia e Italia. El único país que nombró a Reino Unido como el más atractivo fue Sudáfrica, aunque Gran Bretaña ocupó el cuarto lugar en la clasificación general. Estados Unidos (EU) no ganó entre ninguno de los competidores del G20, excepto en India, donde los encuestados dividieron el título de país más atractivo entre EU y Canadá. En general, la mayoría de los encuestados confiaba en las instituciones de Reino Unido, y se consideraba a Estados Unidos y Gran Bretaña como buenos lugares para estudiar. 

¿Importa lo que la gente piense de un país? Sí, pues afecta las entradas de turismo, comercio y estudiantes extranjeros. Pero lo que aprendemos cuando viajamos nos ayuda a ubicar dónde vivimos en contexto. Nuestro país de origen parece más pequeño cuando estamos lejos. Podemos descubrir que no somos los favoritos de todos. Esa visión de nosotros es lo que ganamos al ir a otro lugar.


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