Viajar en uno de los cruceros de Disney significa tener tres experiencias en una. Navegar en el Disney Dream, un barco de casi 340 metros de largo –más de lo que mide de alto la Torre Eiffel–, 14 pisos en un hotel flotante con más de 350 camarotes, siete restaurantes, tres albercas y múltiples centros de entretenimiento es en sí mismo una gran vacación. Además, y sobre todo, experimentar la magia de Disney en altamar, junto con sus personajes, películas, espectáculos, un tobogán de 233 metros de largo y Goofy's Sports Deck, con un campo de minigolf de nueve hoyos y simuladores deportivos. Y la tercera: visitar diferentes destinos de acuerdo con el itinerario elegido: Caribe, Alaska, Europa, los fiordos noruegos, Canadá, México y Australia, entre otros.
Para celebrar el 25 aniversario se ha preparado un sinfín de detalles que estarán en los cuatro barcos de Disney Cruise Line durante todo el verano; la decoración, el vestuario y hasta las comidas y espectáculos estarán inspirados en este cuarto de siglo de cruzar los mares.
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Mágica experiencia
El viaje inicia al llegar al puerto de Miami, hacer el check-in –todo es más rápido si se hace previamente en línea– y tomarse la primera foto con el enorme barco detrás; la magia comienza al llegar a la puerta del crucero, en el deck 3: una a una, dan la bienvenida a cada familia, con micrófono y aplausos de parte de la tripulación y los pasajeros.
La primera vista es impresionante: el lobby, un atrio de tres pisos de altura, un enorme candelabro art decó y una estatua dorada del Pato Donald, al pie de las escaleras.
El barco se divide en tres partes. Al principio parece complicado moverse, lo bueno es que en cada pasillo, afuera de los elevadores y en los camarotes hay mapas para ayudar a los pasajeros a orientarse. Para el segundo día, los caminos se aclaran y es muy fácil ir y venir dentro del enorme hotel flotante. Todo el barco es accesible para sillas de ruedas.
Hay tres tipos de camarotes en el Dream: interior, con vista al mar, con balcón y las suites (concierges). Al igual que el barco, todas las categorías de camarotes tienen la opción para silla de ruedas.
Desde la bienvenida a cada familia, los servicios en el barco son personalizados. Para eso, Disney Cruise Line decidió asignar al personal de servicio directo a cada familia durante todo el recorrido.
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La persona que se encarga de limpiar los camarotes es la misma todo el viaje; la amabilidad y buen servicio –en este caso de Ake, de Tailandia–, hace que el pasajero se sienta como en casa, pues la persona sabe dónde deja la pijama, cómo le gusta que tienda la cama… ¡la cama! El colchón y las almohadas son una verdadera maravilla para acompañar el sueño.
En los restaurantes para cenar –Enchanted Gardens, Royal Palace y Animator’s Palate– dos meseros son los mismos para cada noche; además de que probablemente hablen el idioma del pasajero, son buenísimos explicando las especialidades del menú, y entreteniendo a la familia. Se crea una relación que hace sentir al pasajero muy especial.
Para todas las edades
En el Disney Dream hay espacio y actividades para toda la familia junta, y sobre todo, para cada miembro de acuerdo con su edad y gustos; desde los bebés de seis meses hasta los adultos que quieren tener espacios sin niños.
La app de Disney Cruise Line ofrece a los pasajeros información de cada una de las actividades que hay en el barco, y especifica para qué grupo de edad está dirigida. También hay un mapa del barco y un centro de mensajes para comunicarse entre pasajeros, o entre la tripulación y la familia.
It's a Small World Nursery es para pequeños de hasta tres años, donde son atendidos de forma segura por consejeros Disney.
“Hay una puerta por donde los papás pueden ver a sus hijos, con la ventaja de que del lado de los pequeños hay un espejo, así que ellos no ven para afuera”, explica Jonathan Frontado, director de Relaciones Públicas, de Disney Cruise Line.
A un lado está Disney's Oceaneer Club para niños de tres a 12 años; el espacio está dividido en diferentes áreas: las tierras mágicas de las hadas, los superhéroes, el cuarto de Andy (Toy Story), la exploración submarina y el Halcón Milenario con el mundo de Star Wars. Del otro lado, Disney's Oceaneer Lab ofrece un espacio para echar a volar la imaginación con manualidades, juegos y actividades dirigidas.
La mayoría del tiempo estos espacios están reservados para las personas de la edad; solo en horarios específicos se abren a toda la familia para compartir la experiencia.
“Una vez que entran ahí, se escanean con las pulseras y no pueden salir hasta que el padre viene por el niño, y tienen que dar una clave secreta que fue dada al subir al barco. No están encerrados en un cuarto con juguetes, están en actividades y con los personajes”, confirma Jonathan.
Para los jóvenes de 11 a 14 años, está Edge, y para los de 14 a 17 años, Vibe. Son lugares de reunión con juegos de mesa, cómodos sofás, música, videojuegos y otras actividades “estilo chill-out”.
Además de los centros de entretenimiento, el barco tiene otros espacios en los que se llevan a cabo actividades para los diferentes públicos. Entre los favoritos, las trivias de diferentes temáticas de Disney; noches de karaoke, show games, competencias relacionadas con Disney por todo el barco, o la fiesta silenciosa, en Evolution, en la que cada quien trae sus audífonos con tres canales de música, y cada uno baila –y canta–, lo que más le gusta en medio del silencio exterior.
En la cubierta principal, además del maravilloso tobogán Aqua Duck, frente a las dos albercas, hay una pantalla gigante en la que están pasando películas de Disney durante todo el día y hasta la noche; solo la apagan para los espectáculos que se llevan a cabo ahí, como la Noche de piratas con el capitán Sparrow descolgándose de la chimenea más alta y los personajes de Disney bailando, antes del cierre con fuegos artificiales en alta mar – sustentables y hechos con lo que al caer será comida para los peces–. Una pasada.
Los espectáculos musicales en el Teatro Walt Disney son el cierre perfecto para cada noche en familia, al más puro estilo de Broadway. En este viaje: Golden Mickeys, La Bella y la Bestia y Disney’s Believe. Una mejor que la otra.
Solo para adultos
En Disney Dream hay varios espacios y horarios reservados solo para adultos. Hay un área de alberca y asoleaderos que solo acepta mayores de 18 años, así como el spa; hay dos restaurantes de especialidad (con costo extra) en el que no se admiten niños: Palo y Remy.
Y hay cinco centros nocturnos para mayores de edad, cada uno para gustos distintos: Evolution es el club principal, con pista de baile y música con DJ. Skyline es un bar más pequeño que rinde homenaje a algunas de las ciudades del mundo. Pink es un bar íntimo de champaña y vino, ideal para cocteles, con una barra art nouveau espectacular. El Pub 687 tiene un ambiente informal para ver deportes en sus pantallas y disfrutar de una buena cerveza. Y District Lounge es un piano bar con música en vivo en un ambiente elegante y relajado.
Comidas de cuento
Cada noche hay una cena en un restaurante diferente. “Todas las comidas están planeadas para que sean parte de la experiencia. Dependiendo de la temática del viaje, la comida, los postres y las bebidas van de acuerdo con el tema; y no solo en cuanto a cómo se ven sino a los sabores”, explica Érika Perez, gerente Servicio al cliente de Disney Dream.
Enchanted Gardens (inspirado en los jardines de Versalles), Royal Palace (inspirado en los clásicos de Disney Cenicienta, Blanca Nieves y los siete enanitos, La Bella y la Bestia y La Bella Durmiente) y Animator's Palate, que traslada la magia de la animación Disney, son los restaurantes a los que cada familia está asignada en las diferentes noches; se visitan todos, al menos una vez.
Además, en la zona de las albercas está Cabanas, con bufete para desayunos y comidas; Flo’s Café, de comida rápida en la terraza de la cubierta 11; Eye Scream Treats y Frozone Treats que ofrecen helados de diferentes sabores todo el día. Otro sueño hecho realidad.
Y finalmente, Vanellope’s Sweets and Treats, una tienda inspirada en la tierra de los dulces del juego Sugar Rush de Ralph el demoledor. Con costo extra, helados artesanales, pasteles, cupcakes y surtido de golosinas. Dulces sueños
¿Cuánto cuesta viajar en el Disney Dream?
Costos: desde $1,680 dólares por tres noches.Incluido en el costo: Camarote Alimentos en 5 de los 7 restaurantes + room service 24 horas Café, té y refrescos Actividades en los centros de entretenimientos para niños, adolescentes y jóvenes Películas en el cine Espectáculos en el teatro Albercas y tobogán
Con costo adicional Restaurantes para adultos: Palo y Remy Agua embotellada, bebidas alcohólicas y especialidades Propinas Internet ilimitado Spa Simulador deportivo Transporte aéreo y terrestre Actividades en los destinos
evt