Oaxaca es una tierra de contrastes impresionantes: montañas, selvas, playas y tradición ancestral. Hicimos un recorrido por sitios donde la naturaleza y lo espiritual se entrelazan.
Empezamos el viaje en Huautla de Jiménez, el lugar indicado para quienes buscan ecoturismo, senderismo, cascadas, ríos y la medicina ancestral de los hongos alucinógenos.
Ecoturismo místico en Huautla de Jiménez
La vegetación en Huautla es exuberante; las lluvias dejan aromas a tierra húmeda, flores y café; los bosques guardan grutas secretas que conectan con el El Sistema Huautla, una red de cuevas con 1500 metros de profundidad y 80 kilómetros de longitud: la más profunda de América. También existen cascadas escondidas, como La Cascada Velo de Novia que visitamos en esta aventura.
Senderismo entre montañas y rituales de sanación
Caminar por los senderos de Huautla es descubrir ecosistemas diversos, escuchar el murmullo del agua al caer por las piedras y observar pájaros que se esconden entre la neblina.
Sin embargo, antes visitamos la Casa Museo de María Sabina, la chamana más famosa y memorable de Oaxaca , en donde aprendimos que los hongos, las limpias y otras prácticas místicas son parte de la vida cotidiana para muchos mazatecos. No es espectáculo turístico: es ritual, es creencia, es respeto por los elementos. Esa atmósfera espiritual potenció mi conexión con Oaxaca más allá del paisaje.
Playas paradisíacas y surf como cultura en Puerto Escondido
Después de la aventura ecoturística, cambiamos de escenario: tomamos carretera hacia la costa pacífica. La siguiente parada: Puerto Escondido, famoso por sus playas rompientes, surf, gastronomía costera y puestas de sol interminables. Aquí se vive el contraste: desde la intensidad de Zicatela hasta la tranquilidad de Puerto Angelito y Manzanillo.
Arena color dorado, partidos interminables de voleibol e incluso un abierto de surf, con participantes nacionales e internacionales: eso es lo que nos encontramos en este destino como parte de la identidad del lugar.
Tranquilidad y Bahías en Huatulco
Más al este de la costa, se encuentra Huatulco, con sus nueve bahías, playas de agua turquesa y servicios que mezclan lujo y naturaleza. Bahías como Santa Cruz, El Maguey y La Entrega ofrecen opciones para kayak, esnórquel, paseos en lancha y tardes relajadas en playas seguras para familias.
Al atardecer, el lugar ideal es El Faro de La Entrega, locación perfecta para observar cómo la luz baña las montañas cercanas y el mar. Huatulco no solo es sol y playa, es reposo, variedad gourmet de pescados, cultura local, artesanías y encuentros con el mar. Es una invitación a parar, respirar y saborear cada ola.
La Ventanilla: naturaleza viva cerca de Mazunte
Cerca de Mazunte se encuentra un rincón mágico: La Ventanilla. Su laguna y manglares forman un ecosistema frágil que las comunidades locales han elegido cuidar. Aquí nos adentramos en una aventura en lancha para observar cocodrilos jóvenes, iguanas descansando al sol, garzas, y una variedad sorprendente de aves. Paseos así permiten sumergirte en esa naturaleza silvestre y aprender cómo los manglares se regeneran y conservan.
Visitamos también el vivero comunitario de manglar, donde pobladores enseñan sobre reforestación y conservación ambiental. No hay espectáculos artificiales, sino trabajo directo con la naturaleza; el turismo responsable se vive aquí como un compromiso con el lugar.
Liberación de tortugas, una actividad de reflexión imperdible
El momento más emotivo fue participar en la liberación de tortugas marinas en el Campamento Tortuguero, en La Ventanilla. Y es que, en este momento, necesita al menos 45 días para poder ser realizado. Ver salir al mar bajo la luz tenue del atardecer me hizo reflexionar sobre lo que significa el turismo consciente: ser testigo, no propietario; acompañar, no alterar.
Liberarlas es más que un ritual de esperanza: es un acto que conecta al visitante con la urgencia de proteger lo que la naturaleza nos regala. Queda claro que hacer turismo en Oaxaca no debe ser solo acumular imágenes bellas, sino asumir responsabilidad frente al entorno y las comunidades que lo protegen.
Oaxaca ofrece destinos paradisíacos y experiencias diversas: ecoturismo en Huautla de Jiménez, playas vibrantes en Puerto Escondido y Huatulco, naturaleza viva en manglares y liberación de tortugas en La Ventanilla. Cada escenario invita a vivir algo distinto, pero todos comparten autenticidad y conexión con la tierra. En Oaxaca se siente, se vive y se comparte.
RRR
RRR