A Aztimba Casas aún le cuesta trabajo articular frases perfectas en español. Pese a que nació en México y sus padres son originarios de Chihuahua, se fue a vivir a Estados Unidos a los cuatro años, y aunque nunca perdió contacto con su tierra, fue en el país vecino donde el futbol universitario le permitió pagar una licenciatura.
El deporte es, además de una pasión, una herencia. Y el que esté muy arraigada en su familia le permitió soñar con ser profesional. "Mi abuelito jugó beisbol profesional, mi papá jugó beisbol, futbol y atletismo. Nos fuimos a vivir a Estados Unidos cuando yo tenía cuatro años, ahí todo era nuevo, no había mucho qué hacer, yo me la pasaba viendo la tele y había un programa que se llamaba los Supercampeones, de ahí vi el futbol como algo bien padre”.
Las grandes jugadas de la caricatura japonesa la hacían practicar con el sueño de alcanzar la gloria. “Ya después se dio la oportunidad de entrar a los programas de futbol después de la escuela, mi papá fue mi entrenador por más de diez años, y aunque he jugado otros deportes, he intentado todo, pero nada me ha llamado la atención, hasta la fecha llevo 17 años jugando futbol”.
Su formación se dio en el Paso Texas, pero para las competencias siempre viajaba a Juárez, por ejemplo, cuando integraba diferentes selecciones o en las mini olimpiadas que se juegan a nivel estatal y nacional, y así fue como Juárez siempre la acompañó, aunque después se dio la oportunidad de jugar en el futbol universitario de Estados Unidos.
“Algo que caracteriza el futbol de Estados Unidos, y que no tiene México, es el futbol universitario. Allá deben tener el mismo número de atletas tanto femeniles como varoniles. Eso ayuda a un desarrollo más estructurado para lo que es el futbol. Muchas mujeres saben que pueden jugar futbol universitario, incluso pagar su carrera con este deporte, lo cual yo hice, por diez años jugué y gracias a eso, al futbol, pude pagar la mi carrera. Saqué una licenciatura en bioquímica molecular, y ahorita estoy haciendo una maestría en Ingeniería”.
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Atzimba se muestra firme en sus palabras, decidida, aunque también detalla con mucha humildad su logro escolar, y el esfuerzo que ha hecho por jugar futbol.
“Ese entorno es diferente, se da un poco más de apoyo al femenil en Estados Unidos, son diferentes los pasos que tiene que llevar para llegar a un nivel competitivo. A muchos equipos de Estados Unidos es difícil entrar porque son de paga, y mi familia es de bajos recursos y no tenían dinero para gastar para entrenamientos, viajes, torneos, es muy difícil. Y en universitario la edad límite es de 25 años, así que ya no podía participar, coincidió que se abrió el equipo de FC Juárez, vine a visorias, y aquí estoy”.
"Falta más apoyo"
Y claro, como muchas futbolistas, sabe bien que hay varios aspectos que aún se deben mejorar en la Liga MX Femenil, que dio un paso gigante con su creación y que ha crecido como no se imaginaban.
“Lo único que pienso que le falta todavía es un poco más de apoyo y de confianza de los clubes hacia nosotros. Si tenemos muchos seguidores, los patrocinadores se darán cuenta que es una buena inversión que le den paso a los equipos femeniles, y eso es lo que le falta a la Liga, que estén los que siguen al varonil, y poco a poco se va a ir dando que podamos algún día estar a la par. El nivel se irá dando solo conforme los torneos avancen”.
FOTO: Imago7
Y uno de los temas que siempre se tocan cuando se habla del futbol femenil en México, es el de los bajos sueldos, los cuales, se ha reportado según diferentes estudios, tienen una base de 3500 pesos al mes.
“Todo es un círculo de retroalimentación positivo, los sueldos van creciendo conforme haya más gente viendo la Liga, cuando haya más fans, que la gente compre mercancía, eso jala más patrocinadores, eso conlleva a que la gente invierta más en la Liga y que los equipos también inviertan en jugadoras de calidad. Se va dando poco a poco, pero se va dando".
FCM