No solo representa a la selección de Marruecos, también la lidera. Si bien pudo elegir un combinado nacional como España tras haber nacido en Madrid en 1998, Achraf Hakimi Mouh optó por vivir internacionalmente los colores de su legado africano y quizá en agradecimiento a la crianza que le ofrecieron sus padres, ambos migrantes que llegaron a Europa desde antes que naciera la estrella.
Como pasa en la historia de muchos futbolistas desarrollados en el contexto de migración, proviene de un origen humilde. Eso no impidió que con mucho esfuerzo familiar, su padre como vendedor ambulante y su madre limpiando casas, se le facilitara lo básico para que pudiera jugar desde niño. A los ocho años, ese esfuerzo comenzó a convertirse en un sueño, cuando recibió una carta invitación para la academia del Real Madrid. Un visor lo había visto y se da el primer parteaguas de su vida.
“Honestamente pensé que era mentira y que mi papá me estaba jugando una broma”, confesó para la Bundesliga hace un par de años.
Es un dato que aún sorprende a algunos, Hakimi se desarrolló en las juveniles del Real Madrid y llegó a debutar con el primer equipo en 2017 después de una llamada de Zidane, quien fue el mismo que le dijo que necesitaba minutos para desarrollarse y que no los iba a poder lograr en el primer equipo. En total se cuentan nueve apariciones con el club blanco antes de migrar a préstamo al Borussia Dortmund donde comenzó a destacar. Entre esas nueve apariciones con el gigante europeo, están dos en la temporada 2017-2018 de la Champions League, por lo que Achraf recibió una medalla cuando conquistaron la Orejona 13, convirtiéndolo en el primer marroquí en lograrlo.
Tras el proceso de evolución de dos años en Alemania, fue fichado por el Inter de Milán en 2020 por un aproximado de 40 millones de euros y fue un referente cuando el club consiguió ganar el Scudetto de la Serie A tras 11 años de sequía. Sus actuaciones captaron el ojo de Nasser Al-Khelaifi del PSG que de inmediato se hizo con sus servicios por 60 millones de euros más variables, lo que lo llevó a sumar este año otro título de liga en su palmarés.
No hay duda que el lateral derecho de 23 años es de los talentos más destacados a nivel mundial en su posición y gran parte se debe a la velocidad y habilidad que presenta para pasar al ataque. Tal es su peso en el equipo nacional, que es también de los goleadores:
“Soy un lateral con alma de delantero. Me siento importante porque aunque juegue de defensa puedo estar en el área rival” comentó al diario El País. Durante las eliminatorias rumbo a Qatar y en la Copa Africana marcó 4 goles en 12 partidos. Suma 48 duelos en total. La decisión correcta y de corazón que lo llevó a debutar con Marruecos en 2016 con 17 años lo lleva a cumplir un sueño mundialista, posibilidad que nunca se asomó con España.
Está casado con la actriz Hiba Abouk y juntos han llamado la atención por un lujoso estilo de vida, donde incluso brillaron en la alfombra roja de Cannes este año. Hakimi es de religión musulmana.
ZZM