Era laCopa del Mundo en Inglaterra, una de las grandes rivales históricas de la Albiceleste. El destino quiso que ambas selecciones se midieran en los cuartos de final de la justa mundialista y por distintos factores el duelo no terminó por decepcionar aquel 23 de julio en el mítico Estadio Wembley. El protagonista del partido que ganaron los locales fue el capitán de Argentina, Antonio Rattín.
Corrían aproximadamente 35 minutos de encuentro cuando el mediocampista, ídolo de Boca, fue expulsado con señas por el árbitro alemán Rudolf Kreitlen. Hubo confusión, enfrentamiento entre jugadores, palabras, se discutió por siete minutos y medio, hasta que Rattín logró entender su expulsión cuando lo rodearon policías. El costo de pedir a un intérprete. La decisión estaba tomada y tuvo que pisar fuera de la línea del campo. Se quedó observando sentado en la alfombra roja de la Reina. El partido se frenó hasta por 20 minutos hasta que se logró reanudar. Al ir a los vestidores, sucedió. Rattín estrujó uno de los banderines del córner imitación de la bandera británica y así se alimentó la rivalidad política y social.
En tiempos en que las transmisiones televisivas llegaban tres días después, en que la fuente confiable del aficionado era lo que pasaba en directo en radio y lo que reportaba la prensa escrita al día siguiente, sorprende saber que quizá hay muchos mitos alrededor de la expulsión, pues si bien es la imagen más difundida del aquel encuentro, de alfombras, banderas y cervezas no hay registro. El Rata asegura que le aventaron latas tras el acto con el banderín. Quizá con el paso de los años y tantos cuestionamientos, el ex capitán argentino pudo moldear la historia a su favor y con lujo de detalle. Lo que es un hecho es que a raíz de la confusión y pérdida de tiempo nacieron las tarjetas amarillas y rojas para México 70'.
DAO