Las tres primeras Copas del Mundo se realizaron de manera ininterrumpida donde salieron campeones Uruguay (1930), e Italia en dos ocasiones (1934 y 1938), pero el certamen se suspendió en 1942 y 1946 debido a la Segunda Guerra Mundial, y la el trofeo mundial peligraba para ese entonces de ser robado durante los saqueos.
La Copa Jules Rimet, entregada por aquél entonces al vencedor de cada Copa del Mundo, residía en la República de Mussolini como prueba del éxito del mejor combinado nacional del momento. Pero con el estallido del conflicto bélico la Copa comenzó a estar en peligro de haber desaparecido por los mismos protagonistas de esa guerra, entre los italianos y alemanes.
Por lo que el entonces Vicepresidente de la Federación Internacional de Futbol (FIFA), Ottorino Barassi, realizó un acto heroico para que no la robaran. Barassi tomó el trofeo de la capital italiana y la escondió en el mejor lugar posible.
Un sitio en el que nunca nadie se podría imaginar que un importante trofeo como ese podría estar guardado, y que fue en una vieja caja de zapatos bajo la cama del presidente de la Federación Italiana de Futbol.
Barassi fue su guardián durante muchos años, y defendió esa Copa que tenía un gran valor para el deporte italiano, y también para el mundo, es decir un trofeo que tenía muchos sentimientos, esperanzas y sueños guardados en los 35 centímetros y casi cuatro kilogramos de plata, oro y lapislázuli.
Tras culminar la Segunda Guerra Mundial en 1945, Ottorino Barassi devolvió al año siguiente la tan preciada Jules Rimet a la FIFA. En la edición de Brasil 1950 el trofeo pasó a manos del equipo de Uruguay tras proclamarse campeón en ese torneo.
Sin embargo, la Copa estaba destinada a desaparecer años después. En días previo al Mundial de Inglaterra 1966 el trofeo fue extraviado, pero finalmente la encontraron. En 1970 comenzó a tener más valor luego de que Brasil se la quedara tras ganar el Mundial realizado en México y con un equipo de ensueño, y que encabezaba Pelé.
Así en 1984 el trofeo fue robado y nunca más se supo nada de él. Dos teorías existen sobre su paradero. La primera habla de la posibilidad de que la copa fuera fundida en los meses posteriores al robo, mientras que la segunda afirma que la original Jules Rimet descansa en las vitrinas de un coleccionista de artículos de lujo.
AGB