Qatar obtuvo la Copa del Mundo que quería. Estar en los reflectores mundiales y dejando a un lado la controversia que ocasionó ser la nación seleccionada como sede. Cientos de marcas se asociaron oficialmente con la FIFA y el Comité Organizador, entre ellas, la marca del ex futbolista David Beckham.
Si bien la polémica estuvo presente durante la previa y la justa por el tema de los derechos humanos y censura a mensajes de la comunidad LGBTTI, la realidad es que no terminó por pesar lo suficiente para crear un cambio. El consumo fue el mismo, al punto de que la FIFA se adjudicó 7.5 mil millones de dólares en tratos comerciales asociados a Qatar 2022. Mil millones más de lo que generó en Rusia 2018.
Parte de la campaña de cualquier sede mundialista es también fichar a leyendas del deporte como embajadores. Tim Cahill, Cafu, Xavi, Samuel Eto’o por mencionar algunos y por supuesto, en la lista no podía faltar el ex capitán inglés David Beckham, poniendo en riesgo geopolítico su imagen, la primera que rompió el mercado global para un futbolista.
La prensa británica cuestionó incluso que Beckham sea un aliado de la comunidad LGBTTI debido a su relación con Qatar, pero su vocero declaró que el ahora empresario del deporte siempre ha estado involucrado de alguna u otra manera en varias ediciones ya que cree en el poder del futbol para crear cosas buenas en el mundo. Beckham y otros embajadores recibieron varios millones por su rol y al final la sede fue la beneficiada.