El Mundial de Rusia llegó como uno de los torneos que prometían espectáculo, porque figuras de gran talla llegaban a la cita en plenitud de condiciones, y había valores jóvenes que despuntaban con gran proyección. La cita, también, tuvo sus complejidades, por los largos traslados en un país de gran extensión territorial, además de la inclusión de los cambios tecnológicos, pues fue el primer Mundial donde apareció el VAR.
Eso sí, la primera gran sorpresa del Mundial se dio en la fase de grupos, cuando el campeón del mundo: Alemania, no logró avanzar a los octavos de final, el equipo de Joachim Loew perdió con México y con Corea del Sur, por lo que tuvo que capitular y entregar el trono muy temprano.
En los octavos de final se dio el primer gran choque: Francia contra Argentina, y Messi volvió a irse con las manos vacías, sucumbió ante un joven llamado Kylian Mbappé, pero también Cristiano Ronaldo se marchó en esa instancia cuando Uruguay dio un golpe sobre la mesa.
Las sorpresas fueron Rusia y Bélgica, los anfitriones avanzaron con firmeza sobre una España que cambió de entrenador unos días antes de su debut. Y los Red Devils mostraron su fuerza sobre Japón y en cuartos de final despacharon a Neymar y compañía. Las grandes figuras ya marchaban de regreso.
En las semifinales se toparon Croacia frente a Inglaterra y Francia contra Bélgica. Los croatas eran ya la sensación del torneo y doblegaron a unos ingleses que tenían fe de recuperar aquellas sensaciones de 1966, pero no pudo ser. Mientras Francia dio cuenta de una Bélgica que se marchó con honores.
Y en la Final entre croatas y franceses, el favorito natural era el equipo de Didier Deschamps, pero los balcánicos no perdían la fe. Y no faltó la polémica en el triunfo de Les Bleus que ganaron por 2-1. Los galos confirmaron que tenían una nueva generación de futbolistas que eran capaces de ejecutar un futbol decisivo y efectivo.
MGC