Entre las historias que veremos en Qatar 2022, la de Gareth Bale es muy posiblemente una de las más interesantes. Nadie pone en duda su lugar dentro del futbol mundial, sobre todo en la década de 2010, cuando fue un jugador que lo ganó todo con el Real Madrid.
Y el Expreso de Cardiff evitó un club que tiene miembros como Alfredo di Stefano, George Weah y su compatriota Ryan Giggs, quienes jamás tuvieron la oportunidad de jugar una Copa del Mundo. Pero Bale tendrá esa oportunidad a los 32 años, justo en un momento complicado de su carrera.
“Gales. Golf. Madrid. En ese orden”. Esa frase impresa en la bandera de Gales dejó en claro que la relación de Bale con los merengues estaba fracturada y no había nada qué hacer. Mucho se hablaba de sus lesiones y su temperamento, al punto de que no jugaba con los blancos pero sí se daba el tiempo de hacer birdies en vez de goles. Pero incluso ahora, con la puerta del Real Madrid abierta, nadie duda que Bale aún tiene una última oportunidad de brillar con la selección.
Un comienzo prometedor
Gareth Bale nació el 16 de julio de 1989 en Cardiff. Tras comenzar con el Cardiff City FC, el Southampton se fijó en él y lo reclutó a sus nueve años, con lo que formó parte de sus inferiores, con un talento que parecía podía pulirse para mejorar.
Si bien destacaba por su zurda y su técnica, hubo dudas con su físico, debido a que sufría con la cadera entre sus 13 y 14 años. Fue la insistencia de Debbie Bale, madre de Gareth, que se le tuvo paciencia al galés.
La espera tuvo éxito y Bale jugó con el primer equipo del Southampton el 17 de abril de 2006, con solo 16 años y 275 días, convirtiéndose en el segundo debutante más joven en su historia. Ese mismo año, pero ya con 17 de edad, debutó con la selección de Gales.
Su rápido crecimiento llamó la atención en Londres: el Tottenham Hotspur lo fichó con 10 millones de euros, ganándole al Manchester United en la puja por el expreso de Cardiff. Con los Spurs, consiguió 55 goles y 40 asistencias en su primera etapa, la cual fue complicada en los primeros tres años, hasta que se convirtió en figura y cerró su campaña de 2012-2013 con 26 goles, por lo que en 2013 el Real Madrid se lo trajo a sus filas en 100 millones de euros, la cifra más cara en aquellos años.
Pero el paso de Bale con el Madrid estuvo lleno de altibajos. Lejos de ser el sucesor de Cristiano Ronaldo, Bale no tuvo la carrera esperada, aunque también tuvo sus momentos de gloria: desde aquella Final de Champions de 2014 ante el Atlético de Madrid, cuando anotó un gol de cabeza fundamental para conseguir la décima Orejona de la institución merengue.
Las lesiones y sus problemas con entrenadores como Zinedine Zidane, mermaron su desempeño en la Casa Blanca, aunque también tuvo oportunidad de demostrar su valía, como en la Final de Champions de 2018, cuando entró de cambio al 61’ y anotó dos minutos más tarde con una chilena. El segundo tanto lo consiguió con un tiro libre en la recta final.
“Sé que ha sido uno de los mejores jugadores del mundo”, reconoció Harry Redknapp, quien fue su entrenador en el Tottenham entre 2008 y 2010, en febrero de 2021, cuando era entrevistado por TalkSport. “Seamos honestos, hubo un período en el que para mí, probablemente, (Bale) había sido el tercer mejor jugador detrás de Messi y Ronaldo, era tan bueno cuando estaba en su mejor momento”.
Bale fue cedido a préstamo con el Tottenham en la temporada 2020-2021, pero regresó al Madrid y solo jugó siete partidos y anotó un gol, eso sí, despidiéndose con cinco Champions ganadas. De cualquier forma, espera ser el capitán que necesita Gales en estos momentos y hacer de esta la participación más memorable de su selección en una Copa del Mundo. Después de todo, parece que una gran actuación podría abrirle las puertas a otro equipo de élite, aunque también se habla de una posible partida a la MLS. Mucho dependerá de él en Qatar.