Una Minerva desangelada, la ilusión se mantuvo intacta para algunos. De hecho, varios faltaron al trabajo con la esperanza de tener algo que festejar, sin embargo, todo quedó en intenciones. La eliminación de la Selección Mexicana del Mundial de Qatar, pegó no solo en el ánimo de los aficionados que por curiosidad se acercaron a la glorieta después del silbatazo final en contra de Arabia, también afectó a los comerciantes que esperaban grandes ventas en caso de que el Tricolor obtuviera el boleto.
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Braulio arribó cerca de las 8 de la mañana del miércoles a la Minerva, junto con él, más de 350 camisetas, que si bien sería difícil venderlas todas, esperaba que pudiera acomodar unas cuantas.
De hecho, ni siquiera pudo ver el partido, nunca se enteró del resultado y fue hasta que su “patrón” le habló para que se retirara del lugar, que supo que el Tricolor no había logrado el objetivo.
"Todo por no echarle ganas a la selección. La verdad es que ni lo vi, supe por medio de una llamada de cómo terminó, no se hizo nada más. Ni una se pudo vender, el día fue malo, pero ni hablar”, expresó.
Aficionados recién salidos de bares y restaurantes de la zona, no podían creer que la selección tuvo el boleto en sus manos, pero no lograron que las matemáticas se pusieran de su lado.
“Estuvo tremendo, pero nos hicieron falta más huevos. Me quedo triste, pero ni hablar. Ando molesto por que esperamos 4 años”, dijo.
En el debut contra Polonia, frente a la Argentina de Lionel Messi y en contra de Arabia, las autoridades montaron un operativo de seguridad que no necesitó ser reforzado, pues a diferencia de lo que se vio hace cuatro años, en tres juegos los festejos nunca llegaron.
En los jaliscienses la llama no se encendió, pero en cuatro años renacerá más intensa. El Estadio de Chivas será una de las sedes del Mundial que Estados Unidos, México y Canadá realizarán en conjunto y si la fiesta en Qatar parecía nunca terminar para los aficionados mexicanos, en casa, los que serán anfitriones prometen que será eterna.
MC