En el Campeonato Mundial de México 1970, la Selección de Inglaterra tuvo una acción muy peculiar al llevar su propia agua potable ya que no querían arriesgarse a una infección estomacal con el líquido vital en nuestro país.
Inglaterra en la primera ronda del certamen derrotaron a Rumania y Checoslovaquia, y cayeron ante Brasil. A pesar de perder con los sudamericanos es bien recordada la atajada de Gordon Banks a un cabezazo de Pelé que es considerada como “la atajada del siglo”.
Tras avanzar a la segunda ronda, los ingleses tenían un par de días libres antes de enfrentar a Alemania en los cuartos de final. Varios familiares de los jugadores estaban hospedados en el Guadalajara Country Club y el técnico Alf Ramsey les permitió pasar un tiempo con ellos. El equipo llevó su propia comida, bebida y hasta su cocinero, pues era bien sabido que en varias partes de México el agua no es potable.
En la cerveza los jugadores no tenían desconfianza, por lo que varios de ellos pidieron una ronda, y ahí fue cuando el portero titular Gordon Banks tuvo malestares gastrointestinales.
“No puedo recordar si la botella que me sirvieron se abrió en mi presencia. Los calambres en el estómago habían regresado y con una venganza. Casi no había comido nada. Me sentí terriblemente enfermo, mi camisa se aferró a mi cuerpo con mi propia transpiración, se formaron grandes gotas de sudor en mi frente y corrieron como riachuelos por mi cara””, escribió Banks en su autobiografía.
Lo cierto es que sufrió una diarrea y que se conoce como la “Venganza de Moctezuma”, una expresión popular para definir la diarrea del viajero.
Debido a que no pudo jugar contra Alemania, el entrenador alineó a Peter Bonetti, quien recibió tres goles en ese encuentro que culminó con un marcador de 3-2 a favor de los alemanes.
FCM