Los pandas que regaló China a Qatar con motivo de la Copa del Mundo, ya se encuentran en la nación sede para ser una de las atracciones turísticas por los 1.2 millones de aficionados que viajarán a la justa mundialista este mes de noviembre. Jing Jing, un macho de cuatro años de 120 kilos y Si Hai, una hembra de tres años de 70 kilos, fueron rebautizados como Sihail y Thuraya. Vivirán bajo techo en un espacio especialmente creado para ellos que replica las condiciones climatológicas del denso bosque de Sichuan en el país asiático.
Los más sorprendente es que cada semana ochocientos kilos de bambú son volados a Doha para poder alimentarlos. Su nuevo hogar los protegerá de ruidos estresantes y también está diseñado para que puedan interactuar con visitantes una vez que terminen su cuarentena. Los pandas siguen estando entre las especies más amenazadas del mundo, donde se estima que 1800 viven en la naturaleza y 500 en zoológicos y refugios. Qatar es una de las 20 naciones a las que China ha regalado pandas.
La nación del golfo pérsico ofrece una combinación cultural entre la tradición ancestral y la sofisticada arquitectura del mundo árabe, por lo mismo, un lugar conocido como La Perla, será otra de las excéntricas experiencias que podrán disfrutar los turistas mundialistas. Conocida como la Venecia de Doha, la isla artificial cuenta con un lujoso centro comercial, pero el nombre se debe a que ahí se encuentra el Museo de las Perlas, que solían ser parte de las industrias más importantes en antaño. Aunado a esto, dormir en tiendas beduinas en el desierto o en cruceros de lujo para poder asistir a una Copa del Mundo también entran en la lista de experiencias fuera de lo ordinario.
JR