El Campeonato Mundial del 2002 se realizó en dos distintos países, en Corea del Sur y Japón, y en el país surcoreano existe la costumbre de que las personas consumen carne de perro ya que lo consideran muy saludable y estimulante de la potencia sexual, sin embargo, el entonces presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pidió al vicepresidente de ese país, Moon Joon Chung, que prohibiera el consumo de carne de perro para tener una buena imagen durante la justa mundial.
Incluso la Asociación de Propietarios de Restaurantes de Carne de Perro comunicó que durante la celebración del Mundial organizarán degustaciones gratuitas de este plato tradicional en los alrededores de los estadios. En la promoción presentarían, para complacer los paladares occidentales, emparedados y hamburguesas de carne de perro.
“Corea debe mostrar al resto del mundo que tiene en cuenta el grito de la opinión pública mundial y que rechaza la crueldad”, dijo en un comunicado la FIFA.
Así, Joseph Blatter respondió a las peticiones de las organizaciones activistas, que lo invitaron a unirse al movimiento en contra del consumo de carne.
Dicha situación ya había pasado durante los Juegos Olímpicos de Seúl 1968. El gobierno surcoreano prohibió la venta de carne de perro en los restaurantes, sin embargo, después de 1988, las autoridades se hicieron de la vista gorda y hay platos, como la sopa picante de perro, que siguen siendo muy populares, especialmente entre los hombres de cierta edad.
También en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang 2018 hubo polémica por el consumo de carne de perro. Las autoridades de Corea del Sur intentaron antes de la justa invernal convencer a los propietarios de restaurantes de retirar la carne de perro de sus menús en los grandes eventos internacionales, sin embargo, pocos aceptaron y en ese evento siguió vendiéndose ese alimento preferido para los surcoreanos.
DAO