España hizo historia con el gol que Olga Carmona anotó al minuto 29, con lo que derrotaron a Inglaterra en la final de la Copa Mundial Femenina de la FIFA, una edición que marcó un parteaguas en el deporte, tanto en el aspecto deportivo, como en audiencias y rentabilidad.
Gianni Infantino no se equivocó ni exageró al considerar que el de Australia y Nueva Zelanda fue “el mejor Mundial femenino de todos los tiempos”, ya que se superaron retos y se dejó en claro que cada vez se reduce la brecha entre países, con una competencia mayor.
Un torneo competitivo
Por primera vez en su historia, la Copa Mundial femenina contó con 32 selecciones, es decir, ocho participantes más que los que se tuvieron en Francia 2019. El aumento a 12 plazas para UEFA y de seis para Concacaf permitió el primer paso para un Mundial exitoso.
Lejos de mantenerse el dominio norteamericano y nórdico, hubo selecciones como Jamaica, Marruecos y Sudáfrica que superaron las expectativas y avanzaron a la fase de eliminación directa por primera vez en su historia, en tanto Alemania, Brasil y Canadá fueron eliminadas de forma sorpresiva en la fase de grupos.
Estados Unidos, que lidera el ranking FIFA, no pudo lograr su tercer campeonato al hilo: Suecia puso punto final a su Mundial en los octavos de Final, en un juego emocionante que se definió en los penales.
Y es que mientras Megan Rapinoe, Marta y Christine Sinclair le dicen adiós a este tipo de competencias, Hinata Miyazawa (goleadora del Mundial), Linda Caicedo, Lauren Hemp y Salma Paralluelo alzan la mano como las próximas estrellas globales.
El futbol femenil sí interesa
Fueron casi 75 mil aficionados los que llenaron el Stadium Australia en Sídney para ver el partido entre España e Inglaterra, el último de los 64 cotejos que se celebraron. El total de asistencia en la justa fue de un millón 978 mil 274 personas, con promedios de 30 mil 911 personas por encuentro.
Incluso en Nueva Zelanda, donde el futbol no goza de la popularidad que el rugby, tuvo más de 700 mil asistentes a los estadios en los juegos que se celebraron en Auckland, Dunedin, Hamilton y Wellington.
El interés por la Copa del Mundo no disminuyó aún cuando las neozelandesas no cruzaron de la fase de grupos ni con la eliminación de Australia en semifinales. Con poco más de 26 millones de habitantes en el sexto país más extenso del mundo, 11,5 millones de televidentes estuvieron al pendiente de ese encuentro ante Inglaterra, es decir, el 44.23 por ciento de la población total.
“Decían: ‘esto no va a funcionar, el nivel es demasiado diferente, habrá resultados de 15-0, será malo para el futbol femenino y su imagen’. Pero la FIFA tenía razón. Teníamos numerosos países en el mundo que pensaban en tener una opción de participar. Todo el mundo cree ahora que hay una oportunidad de brillar en la escena mundial”, aseguró el presidente del organismo que regular el futbol en el planeta.
Y si bien todavía están lejos de las cifras conseguidas por el Mundial varonil, lo visto las últimas semanas en Australia y Nueva Zelanda vislumbra un futuro alentador para el futbol femenino.
Las cifras del Mundial Femenil
• 152 Millones de dólares en premios otorgó esta Copa del Mundo, diez veces más que en el Mundial de 2015
• 570 Millones de dólares en ganancias dejó el Mundial, de acuerdo con información de la FIFA
• 78,500 Personas llenaron el estadio de Sídney para presencial la Final
• 1.97 Millones de personas fue la asistencia total (700 mil de ellas en Nueva Zelanda), con promedios de 30 mil personas por encuentro.
• 11.5 millones de telespectadores siguieron la derrota de las australianas en semifinales; el evento más visto en televisión en la historia de Australia
• 24 de los 32 equipos jugaron el Mundial pasado en Francia; éste fue el primero que se disputó con 32 selecciones
ZZM