Por primera vez en su historia, FIFA decidió celebrar la Copa del Mundo en África. Sí, tras tomar la primera decisión vanguardista con el primer Mundial en Asia (Corea-Japón 2002), el organismo rector del futbol decidió que su edición XIX llegaría a Sudáfrica.
Se trató de una edición bastante especial de la Copa del Mundo, en la que España encontró esa consagración que tanta falta le hacía falta, al ganarle en la Final a Países Bajos, otro equipo que buscaba la gloria por primera vez en su historia y ya le había sido negada en Alemani 1974.
Porque para formar parte de la élite, tienes que ganar en el escenario más importante del futbol sí o sí. Y a La Furia Roja, que apenas tenía dos Eurocopas en ese momento (España 1964 y Austria-Suiza 2008), le llegó la oportunidad con aquella generación dorada que dos años después también sumaría la Eurocopa de Polonia-Ucrania 2012.
Pero no hay duda de que el Mundial de Sudáfrica 2010 es el que catapultó a aquella España que dirigió Vicente del Bosque y que contó con estrellas como Andrés Iniesta, Carles Puyol y Xavi Hernández (del FC Barcelona), así como por Íker Casillas y Sergio Ramos (Real Madrid). Sí, porque las rivalidades de LaLiga no se olvidan, pero con la casaca roja todos se fijaron un objetivo común: ser campeones.
Los ibéricos se proclamaron campeones del mundo con bastantes detalles que vale la pena analizar: para empezar, sus ocho goles anotados a lo largo del certamen hicieron de esta selección la que menos goles necesitó para ganar el Mundial. Porque a veces sí cuenta más la calidad que la cantidad (Alemania, que terminó tercero, anotó 16).
“De manera agónica, como no podía ser de otra manera, en la prórroga, con un gol del Andrés Iniesta, España fue recompensada por el futbol, después de casi un siglo, y alcanzó la anhelada gloria del título mundial, al imponerse a Holanda, alejada de su futbol habitual. La Roja, campeona de Europa hace dos años en Viena, se coronó en el Soccer City de Johannesburgo como el mejor equipo del momento y rubricó un trienio de ensueño”, fue como lo contó La Afición en su periódico del lunes 12 de julio del 2010.
Un Mundial de mucho color, que mostró un rostro poco conocido de África y que demostró que incluso merengues y culés pueden hacer a un lado sus diferencias para lograr un objetivo en común.
MGC