La presentación de América fue positiva. Las Águilas superaron el examen de Tigres con una nota positiva, doblegaron a los universitarios por la mínima, gracias a un gol de Henry Martín. Un debut esperanzador para los de Miguel Herrera, por las numerosas bajas, pero también un mensaje de que hay un equipo más compensando que el torneo anterior.
El rostro con el que América salió en su debut fue diferente, al equipo de Miguel Herrera le faltan cromos que le darán más fuerza, pero debía mostrar credenciales, avisar que con refuerzos y sin ellos y con bajas por lesión, puede ser competitivo, que su ambición sigue viva y que hay vida después de Guido Rodríguez.
De entrada, Miguel recurrió a una vieja fórmula que le ha dado buenos resultados, revivió la línea de 5 para ganar profundidad por los costados con Paul Aguilar y Jorge Sánchez. En la contención, Rubén González recibió la ayuda de Alonso Escoboza y Richard Sánchez. Hubo solvencia en una zona que estaba en el punto de mira.
Y aunque hubo fases en las que le faltó creación al conjunto amarillo, sí que tuvo capacidad para ir ganando metros y acercarse con cierto peligro a la portería de Nahuel Guzmán. Mientras, Tigres también tuvo sus bajas, la principal, la de André-Pierre Gignac, y muy pronto se sumó la de Carioca, quien salió lesionado al 10’.
Al juego le faltaba intensidad, privaba el orden. América se posicionaba bien, porque si algo tiene Tigres es una amplia bajara de recursos. Las Águilas fueron cogiendo confianza, Giovani mostró algunos destellos de que tiene la disposición de que éste sea su torneo.
Un par de llegadas de Henry Martín fueron lo más peligroso de América, sobre todo una en la que tiró raso, pero Nahuel alcanzó a mantear el balón para impedir el gol. Y Tigres también tuvo lo suyo: un par de avisos con Enner Valencia y Nicolás López, quien se cruzó con Ochoa.
Diez minutos de buen ritmo tuvo el primer tiempo, en los que el freno de mano desapareció, pero a los dos les faltó serenidad y eficacia en el área. En el complemento se liberaron un poquito más, pero ninguno renunció al orden, lo tenían como prioridad. Se esperaba un héroe y un villano.
Y entonces apareció Henry Martín para empujar una pelota que Giovani condujo unos metros, tras escaparse de su marcador, un buen eslalon que la Bomba empujó con una barrida al minuto 69. América era mejor y lo reflejaba en la pizarra. Incluso Henry se perdió el segundo cuando robó la pelota, pero no supo definir.
Lo solventó América que desde el inicio de la competencia avisa que su ADN competitivo no baja por más adversidades que tenga. Y a Tigres habrá que esperarlo cerca de la mitad del torneo, cuando realmente empiece a despertar.