Santiago Solari se fue de América, el entrenador argentino no libró la guillotina, fue devorado por la ola de malos resultados de los últimos meses que hicieron su permanencia algo insostenible.
En 14 meses al frente de las Águilas tuvo pasajes buenos y malos, pero estos últimos son los que terminaron dictando sentencia y estuvieron ligados, sobre todo, a cuestiones futbolísticas.
La falta de espectáculo
El América de Santiago Solari fue, hasta antes de esta mala racha, un equipo práctico, nunca logró mostrar un juego que llenara la retina del aficionado, fue una escuadra que logró buenos resultados, pero no dejaba altas notas, aunque muchas veces se le hizo énfasis en ello, siempre asumió la crítica al respecto, pero alegaba que en el futbol caben todas las opiniones porque es un deporte democarático.
Falta de autocrítica
Hubo jornadas en las que América no ejecutaba un buen partido, pero Solari siempre defendió que su equipo funcionaba de una manera distinta a lo que veía la prensa, incluso hubo ocasiones en las que parecía que los medios veían partidos diferentes. Por delante siempre puso que sus números lo abalaban.
Relación fría con los jugadores
Desde su llegada, Santiago fue siempre un profesional, de eso no hay duda, pero hay rumores de que la relación que tenía con el plantel no era tan cercana, que se limitaba a cuestiones meramente profesionales sin buscar el acercamiento con el futbolista no tanto para cuestiones personales sino que había días en los que tampoco profundizaba en misma situación laboral.
Fracaso en eliminatorias directas
La losa más grande a nivel deportivo fue su fracaso en las series directas, algo que nunca terminó de asimilar, se refugiaba en los números de la fase regular. Le faltó entender que en el futbol mexicano, la instancia que vale es la
Liguilla. Nunca supo cómo jugar esas fases definitorias, primero con Pachuca, donde no supo cerrar el partido de ida, después la final de la Concacaf con Monterrey, en la que tampoco logró ser un equipo valiente. Y el acabose llegó en los cuartos de final del torneo anterior, cuando Pumas lo eliminó en el propio Estadio Azteca, una serie en la que de nada valió su liderato ni su invicto de un año en el Azteca.
Solari se fue, es historia, como legado deja buenos números y una caballerosidad impecable en la sala de prensa, pero eso en América no vale de absolutamente nada, porque ese equipo solo celebra títulos y ahí Santiago quedó muy lejos de trascender.