Fernando Ortiz ha cambiado la dinámica de América, el entrenador argentino tomó un equipo en estado crítico, en el penúltimo puesto de la clasificación, pero ahora lo ha instalado muy cerca de los puestos de repechaje, todo apunta a que será capaz de rescatar el torneo y poner a las Águilas en una posición de aspirante al título.
Los cambios que el Tano ha implementado en el cuadro de Coapa son tangibles en lo estadístico, en lo futbolístico y hasta en lo anímico, cuestiones básicas para que toda entidad deportiva tenga una armonía y avance en busca de los objetivos.
Ortiz le ha devuelto la sangre al América, es cierto que aún está lejos de una gran versión, pero ha dado pasos certeros, algo que no logró Solari en el inicio del torneo. El Tano lo ha hecho regresando a los principios básicos de este deporte: orden y esfuerzo.
Los cambios
Ortiz entró al vestuario y, como gente de futbol, percibió que había un desgaste de la plantilla que la comunicación no fluía de buena manera entre el ex entrenador y el plantel, algo que con el Tano no ocurre, porque él sí que es más cercano al jugador, los trata con más afecto y sin menos pose, directo y sin intermediarios, más humano y sin palabras que adornen el discurso.
En ningún momento, Ortiz ha perdido la noción de dónde está ni la condición en la que se encuentra, por eso mismo ha caído también en el grupo, porque se ha sumado como uno más y ha buscado levantar al equipo desde lo anímico, incluso, pese a ya tener un par de semanas al mando del equipo cuentan que seguía dejando su carro en la parte de atrás y no en el estacionamiento del primer equipo, porque si en algún momento las cosas no salen, el plan es que retorne al equipo Sub 20.
Un aspecto clave en lo futbolístico es que el entrenador ha encontrado un once tipo, una base a partir de un 4-2-3-1, lo que le ha permitido sumar dos victorias en fila y acercar al equipo a la zona de repechaje, el hecho de ganar posiciones ha mejorado el ambiente y ahora se ve la tierra prometida un poco más cerca, claro sin dejar de lado que el repechaje no es una zona en la que el club se sienta cómodo, pero es lo que hay y si se clasifica a la Liguilla en esas plazas, la obligación de pelear por el título no cambia.
La semana pasada, Fernando Ortiz sufrió el fallecimiento de su madre, pero el argentino dio una muestra de profesionalismo y carácter, se quedó en México, algo que el grupo valoró de forma positiva y que el club agradeció. Cuando Diego Valdés marcó el gol de la victoria en Aguascalientes festejó con el entrenador, fue un triunfo con una dedicatoria especial, y cuando los jugadores entraron al vestuario fue a buscar a cada uno de los jugadores para celebrar un resultado sufrido, pero que los acerca a la tierra prometida. Ahí viene de vuelta el América y el gestor de ello tiene nombre y apellido: Fernando Ortiz Barbeito.
MGC