Clausura 2013, el título que cambió la carrera del Piojo en México

Miguel Herrera conquistó en el 2013 su primer título como entrenador y se ganó el afecto del americanismo que incluso pidió su regreso para una segunda etapa

Miguel Herrera, entrenador del América (Imago7)
Higinio Robles
Ciudad de México /

Miguel Herrera fue una apuesta de América en el invierno de 2011, el estilo que el Piojo desarrollaba en sus equipos lo llevó al banquillo de las Águilas. No faltó quien cuestionara su llegada, porque era un entrenador que no había ganado títulos, pero Miguel empeñó su palabra a que lograría trascender.

Revitalizó a un equipo que venía de cuajar una de sus peores temporadas, le impregnó su sello y los resultados empezaron a llegar, la reingeniería que el dueño había ejecutado a nivel directivo y deportivo estaba, funcionando. América regresó a la Liguilla y se quedó a un paso de la final en su primer torneo.

El balance fue positivo y la continuidad se dio. En el segundo torneo de nuevo se quedó en semifinales. El título estaba cerca, era cuestión de afinar detalles. El tercer torneo ahora sí dio ese paso, América avanzó a la gran final, la cual jugaría en el estadio Azteca y en un clásico ante Cruz Azul, no había mejor plantillo para lograr su primer título como entrenador.

El partido de ida lo perdió 1-0 en el estadio Azul, tenía plena confianza que en la vuelta se coronaría. El juego se complicó por la expulsión de Jesús Molina al minuto 13. Y un poco más por el gol de Teófilo Gutiérrez. El Piojo hizo lo posible por ajustar el equipo, sacó a Diego Reyes para dar ingreso a Miguel Layún y compensar así a su equipo.

América sobrevivió, en varias ocasiones se salvó de otro gol que le hubiera mandado a la lona. Miguel conservaba la fe, protestaba una y otra vez, alentaba a sus jugadores. Parecía que el final llegaba y se tenía que resignar otra vez, pero con el gol de Aquivaldo Mosquera explotó, de inmediato hizo la seña al equipo que en quedaba tiempo para ir por la hazaña, quemó las naves.

El gol de Muñoz lo hizo perder los estribos, su festejo es una imagen que se hizo tendencia. Justo antes de iniciar la prórroga le ganó la batalla emocional a Cruz Azul, pidió un segundo aire al equipo, transmitió a sus jugadores que su rival estaba moralmente abatido. Ahí donde los jugadores pueden perder fuerzas apareció la motivación del banquillo.

Celebró eufórico la conquista de su primer título, ese que lo metió en la historia de América, donde otros entrenadores sueñan estar y no lo consiguen. La conquista de ese título y la inercia que mantuvo el equipo lo llevó al banquillo de la selección nacional, dejando la puerta abierta para volver a Coapa.

En 2017 regresó, el crédito de su primera etapa se mantuvo y de nuevo América volvió a los primeros planos, Liguilla constante y tres títulos más. Una Liga, una Copa Mx y un Campeón de Campeones. A punto de firmar su renovación por otros tres años. Miguel Ernesto Herrera Aguirre puede entrar en la historia del club como el entrenador con más títulos al frente de las Águilas, el que más partidos tenga y el de mayor número de victorias. La noche del 26 de mayo le cambió la vida al Piojo.

​JMRS

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