Nunca dar un balón por perdido. Dejar la vida (metafóricamente hablando) en la cancha, entender que hasta que el árbitro pita el final, el juego continúa y que la historia puede cambiar en cualquier momento. El bicampeonato no fue obra de casualidad, en Atlas saben que no hay figuras, pero si un grupo unido y dispuesto a dejarlo todo. Quienes no lo han entendido así, no tuvieron cabida en el proyecto que encabeza Diego Cocca.
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La reciente liguilla tiene un caso particular que habla del compromiso de los jugadores, el de Anderson Santamaría, un futbolista que aun sin tener el alta médica, jugó siempre que la salud se lo permitió y con el tabique fracturado.
Una máscara especial y la ilusión por delante fueron la única protección para el defensa central que relató lo complicado que fue estar en el terreno de juego a pesar de esta circunstancia.
“En lo personal fue todo muy duro por la lesión que tuve antes de iniciar la liguilla pero sabia que tenia que estar y aportar desde donde podía, a veces ya sin aire luchando para conseguir eso (el bicampeonato), agradezco a mis compañeros, al técnico, pero lo hago de corazón por que queremos marcar epoca, seguir haciendo historia por que esta gente se lo merece”, expresó.
La lesión del futbolista se presentó durante la semana de entrenamientos previo al jugó de ida de cuartos de final en contra de Chivas. Las marcas en la nariz aun después de la Final ante Pachuca, eran evidentes.
En juegos como el de la semifinal de ida en contra de Tigres o los de la final ante Pachuca tuvo que salir de cambio por mareos y falta de aire, aunque recalcó que no fue el único que tuvo que llevar su cuerpo al máximo para alcanzar la gloria.
“Sabíamos desde un principio que debíamos dejar la vida, dejando de luchar no se iban a conseguir esos objetivos, cada uno estaba convencido, ganes o pierdas, de dejar todo en la cancha y así lo ha demostrado. Este es el sello de Atlas que nos impregnó la directiva y Diego Cocca”, finalizó.
Después de todo, el caso de Anderson, el balón peleado entre tres rivales para el segundo gol de la Final de Ida por Julián Quiñones, el agónico gol de Aldo Rocha en las Semifinales ante Tigres, los balones salvados por Aguilera y Nervo en línea de gol y las milagrosas atajadas de Camilo Vargas en la fiesta grande, son algunos ejemplos del sello y el convencimiento de un cuerpo técnico por pelear hasta lo último.
SRN