La confianza es algo que se construye día con día, pero puede perderse de un instante a otro. En el caso del futbolista profesional, la palabra es clave para alcanzar su máximo potencial.
Hoy Atlas cuenta con uno de los laterales más redituables de la Liga Mx. Fue formado en casa, pero que tuvo un camino difícil para llegar hasta este punto y en el que casualmente, Diego Maradona, uno de los mejores jugadores de la historia, se le cruzó.
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Diego Armando Barbosa Zaragoza, de 24 años, debutó en julio del 2019 en Primera División, antes de eso, pasó por la Liga de Ascenso perdiendo dos finales con Dorados en el Apertura 2018 y Clausura 2019, ambos dirigidos por Maradona, un ídolo y con él su vida se ha visto relacionada prácticamente desde que nació.
“Yo me llamo Diego Armando y justamente me llamo así por él, mi papá lo admiraba bastante, cuando llegó no me lo creía, decía que no era cierto, hasta que lo vi en persona y me tomé una foto con él, fue diferente, no me tocó jugar al principio, lo hice antes de entrar a la primera Liguilla en el primer torneo, me tocó verlo, escucharlo, nos contaba sus anécdotas. Alguna vez nos llegó un regalo de Ronaldinho y hablaba de él como cualquier otra persona, cosas que uno nunca se imagina o veía en la tele o el PlayStation, no lo imaginas hasta que lo vives y lo estás viendo a él”, reveló.
En aquel entonces, Barbosa tuvo que salir de Atlas tras militar en la Segunda División con los Zorros para complementar su proceso de formación, del que el Pelusa fue parte.
“Le agradezco la confianza, siempre decía que la confianza que uno mismo se puede tener no se compara con nada, podrán confiar en ti otras personas, pero si tú no te la tienes, no servirá de mucho, nos hablaba de la gloria, no nos hablaba de dinero, se refería a la gloria y que se buscaba cada partido, que se recompensaba con más cosas y es algo que siempre le voy a agradecer. Me marcó el saber que puedo tener una regularidad, algo que yo no había encontrado y que por eso no podía llegar a un primer equipo, en el ascenso jugué y encontré eso, me di cuenta que puedo hacerlo y se ha visto reflejado ahora”, dijo.
Esa regularidad le ha llevado a ser uno de los hombres importantes dentro de Atlas de un año para acá, sin embargo, los objetivos con los que sueña aún están lejos de cumplirse.
“Es difícil explicarlo porque cuando se pasan momentos duros en la vida no ves lo que viene después, pero siempre he trabajado para mí y al final el que lo hace siempre tiene un lugar en cualquier lado. También sé que no es lo que no busco, quiero algo más de lo que estoy viviendo ahorita, yo sueño con ser campeón en Atlas, no debo voltear para atrás ahora, pero el día que yo quede campeón en Atlas, lo haré y me daré cuenta que me costó mucho llegar hasta aquí, pero todavía me falta mucho para esa meta”, comentó.
Lo personal va de la mano con lo grupal y el presente dulce que viven los Zorros, que este sábado reciben a León y buscan mantenerse en los primeros sitios de la tabla general, como un jugador formado en casa, le genera doble alegría.
“Como canterano y aficionado de Atlas ver a tu equipo ahí es algo que siempre has querido, el orgullo de ser tapatío, de irle al Atlas, da alegría y el poder colaborar con eso es una alegría doble. Ya no se trata de: ‘Somos Atlas y a ver cómo nos va’, donde nos paramos ya no es para competir, a donde vamos, es a ganar”.
SRN