Atlas, contra la maldición del bicampeonato

Después de que Pumas y León lograron proclamarse bicampeones no calificaron en su siguiente torneo, una tendencia a cambiar por parte de los rojinegros

Los rojinegros celebran su bicampeonato (Mexsport)
Higinio Robles
Ciudad de México /

En el 2004, Pumas se erigió como el mejor equipo del futbol mexicano, el conjunto que entonces era dirigido por Hugo Sánchez logró los títulos del Clausura 2004 (en una final dramática ante Chivas en tanda de penales) y en diciembre venció a Monterrey en la final del Apertura 2004, en condición de visitante. Fue un golpe sobre la mesa de un equipo que fue construido para competir y ser protagonista y Hugo se encargó de ello.

En el verano del 2014, León alcanzó la misma hazaña de Pumas, el conjunto de Gustavo Matosas desarrollaba un juego espectacular, que cautiva la retina. Primero venció a América de manera contundente en el Apertura 2013, cortando las posibilidades de las Águilas de lograr el bicampeonato. Después se impuso a su ‘hermano mayor’ el Pachuca en el Clausura 2014 para dejar en claro que se trataba de un equipo que podía conquistar más galardones.

El tercero no fue bueno

Tanto Pumas como León parecían destinados a seguir cosechando títulos, porque tenían entrenadores y jugadores que parecían estar hechos a la medida de sus respectivos escudos; sin embargo, tanto los planes de universitarios como de esmeraldas se fueron al traste.

En el Clausura 2005, Universidad fue a pique, el equipo perdió la inercia, acusó la falta de gasolina en las piernas y concluyó la fase regular ubicado en el puesto 16 de la clasificación, muy lejos de la zona de Liguilla y se tuvo que hacer una reestructura del equipo, que al siguiente torneo incluso cambio de entrenador. Pumas perdió la chispa y dejó en el recuerdo un año imborrable.


Con La Fiera pasó algo similar, después de su bicampeonato en el Clausura 2014; terminó la fase regular del Apertura 2014 en el décimo puesto, en aquellos días no había repechaje y se quedó sin fiesta grande. Y al final del torneo, Gustavo Matosas dejó el puesto y se fue el América, donde no trascendió.


Romper la tendencia


Atlas se ha puesto de moda, el equipo de Diego Cocca ha desterrado la palabra maldición de su vocabulario, cuando nadie creía en ellos enterraron 70 años de sequía. Y si bien parecía que la fiesta había terminado, solo la postergaron unos meses, porque después fueron a Pachuca a lograr el tercer bicampeonato en la historia de los torneos cortos, algo al alcance de muy pocos.

Ahora, Atlas va de nuevo contra la corriente, el equipo de Cocca trae la máquina sobre cargada, pero llevan varios meses sin acusar la famosa campeonitis y habría que darles el crédito que pidan. Iniciaron el torneo en el estadio Azteca y con un pelín de contundencia se hubieran llevado los tres puntos. Es un equipo que ha sufrido pocas modificaciones y mantiene la fe en que puede seguir trascendiendo, si lo hacen, seguirán haciendo historia al lograr lo que los últimos bicampeones no pudieron: la calificación a la Liguilla.



HRL 

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