“Mi amor por el Atlas, si te lo explico no lo entenderías”, así lo dijo el fiel seguidor de los Rojinegros, Esteban Flores Reyes, quien es de los pocos aficionados de este club en La Laguna que están en las buenas y en las malas con su equipo, actual campeón del futbol mexicano, hazaña que hizo el equipo de Guadalajara tras 70 años de sequía.
Esteban vivió la gran final a flor de piel, hubo fallas de los jugadores al momento de concretar, ya sea en jugada o desde el manchón penal, parecía que los fantasmas regresaban, sin embargo tras el penal cobrado por Julio Furch, ese domingo Esteban fue el hombre más feliz de la Comarca Lagunera.
“Somos pocos pero locos”, Esteban reconoció que es muy difícil encontrar en Torreón, Gómez Palacio o Lerdo a un aficionado atlista, pero cuando se llegan a topar en la calle, son casi hermanos, se saludan con gusto y se felicitan por irle al Atlas.
El domingo 12 de diciembre de 2021 quedará marcado para la historia de Esteban y de los miles de hinchas atlistas (la mayoría de Guadalajara). Todos se acuerdan que hicieron ese día desde que despertaron hasta que fueron a la cama a descansar.
“Fue una experiencia que pocas veces como rojinegro piensas vivir, después de muchos años es una gran alegría el hecho que se lograra un campeonato y es algo inexplicable, lo dice un slogan del Atlas, “Sí te lo explico no lo entenderías”, es un sentimiento muy especial”, declaró Esteban de 31 años, para MILENIO La Afición.
Desde niño le tocaron los tragos amargos de malos torneos, de una final en el 99 ante Toluca, que si bien ha sido de las más emocionantes para los seguidores del futbol en México, significó una gran frustración para los atlistas que vieron como se les escurría de las manos el campeonato.
“Todos los torneos eran que no llegábamos ni a repechaje, no pasábamos a cuartos, equipos malos, directores que no se comprometían y siempre la ilusión se terminaba antes de cosas buenas”, dijo.
Vivir más de derrotas que de victorias
“Una de las cosas de la afición rojinegra que se puede decir, es que vivíamos más de las derrotas que de las victorias pero aún así seguimos alentando”. Toda esa tristeza hace disfrutar aún más el reciente campeonato.
“De alguna manera siempre se tuvo la ilusión, el sueño de ver al Atlas en la final, ganándole a un equipo importante. Una final como esta a lo Atlas, creo que era el sueño de todo rojinegro”.
Se apoya a lo Atlas, en las malas, en las peores y en las buenas también. “Hasta la raya, los jugadores no sé qué piensan, sí les pesa también el estadio y la presión a ellos, pero siempre se alienta para ganar o para perder a lo Atlas”, aseveró el aficionado lagunero.
El Grupo Orlegi comandado por Alejandro Irarragorri llegó hace dos años y en ese poco tiempo logró coronar un anhelo de décadas.
“Por muchos años estuvimos esperando que una directiva se comprometiera, que trajera buenos jugadores, éramos la burla, un jugador funcionaba y lo vendían. Eso pasó durante muchísimo tiempo y ahora ya vemos un proyecto comprometido, está viendo a los jóvenes y trayendo a buenos jugadores y se está viendo el resultado”, aseguró.
Que no todo quede ahí, que Atlas siga siendo protagonista. “El sueño es de que sigamos jugando bien, no nada más es un campeonato, que el Atlas vuelva a retomar el buen juego y toda la tradición que lleva detrás de los colores”.
¿Cómo defines al aficionado atlista?
“La palabra es fidelidad, el orgullo se queda a un lado porque la fidelidad para el atlista es todo, a pesar de ir perdiendo siempre alienta con todo, por eso la fidelidad es la que define al aficionado rojinegro”.
En La Laguna es complicado encontrar verdaderos hinchas del Atlas. “Es difícil encontrar a un hermano rojinegro en La Laguna, pero cuando los ves en un bar, en un restaurante, en el centro, nos volvemos locos cuando nos vemos”, dijo Esteban Flores entre risas.
A los jugadores y directivos les dice, “gracias, gracias por hacer este sueño realidad, gracias por comprometerse, por creer en los colores y arriba el Atlas”.
Afición rojinegra "al pie del cañón"
Como todo fanático del futbol, quien se enamoran de los colores de un equipo, lleva sus características bien delineadas, cero tibieza y mucha pasión. Durante 70 años, la afición del conjunto de Guadalajara sufrió temporada tras temporada, viendo ir y venir a jugadores, pero pese a todo ahí estuvo al pie del cañón.
La fidelidad los define, el orgullo puede hacerse a un lado, la tristeza puede aguantarse y las lágrimas limpiarse, pero mantenerse de pie a pesar de todo, es lo que los identifica.
Los seguidores de Atlas son tan escasos en La Laguna, que cuando llegan a toparse en la calle se saludan como si se conocieran de toda la vida, como si fueran hermanos y hasta se felicitan por su buen gusto.
aarp