A pocos días de que la Selección Mexicana de futbol debute en los Juegos Olímpicos de Tokio, existe una historia peculiar dentro de los convocados por Jaime Lozano y que es digna de contarse. Es el caso de Jesús Angulo, defensa de Atlas, cuya justa prácticamente se hubiera perdido si se hubiera llevado a cabo en 2020 como estaba planeado, pero que tuvo que ser pospuesta debido a la pandemia del covid-19.
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Angulo encontró una segunda oportunidad después de la fractura del quinto metatarsiano que sufrió en el mes de enero de ese año y que le tuvo fuera alrededor de seis meses, razón por la cual no había sido contemplado para el Torneo Preolímpico que se iba a disputar en primera instancia en marzo del año pasado en Guadalajara.
“Tuvimos una charla en selección y les comenté que para mí era una segunda oportunidad el estar, de no presentarse este tema (el parón por el covid) quizás no hubiera estado, lo veo como algo que me dio una oportunidad para varios que en la primera lista (del Preolímpico)”, dijo.
El proceso no fue sencillo, al conocer la noticia de la fractura sintió como el sueño se venía abajo, pero el apoyo de su familia fue vital para no perder la esperanza.
“Cuando me fracturo en Atlas estaba entrenando, fue un paso y cuando quise dar otro, ya no pude por el dolor, creí que era algo que pasaría de un día a otro, cuando me hago la resonancia me dicen que fue fractura, se me vino todo encima, yo tenía en la mente el Preolímpico, el torneo ese con Atlas, todo se bajaba, fue una semana muy dura, en el hospital estuve solo hasta que llegó mi familia, eso fue importante para mí, el apoyo de todas las áreas del club, después con todo eso qué pasó debido al covid, tuve una pequeña esperanza de, si me recuperaba bien, estar en Selección que era un objetivo, fue importante el apoyo y ánimo que me dieron”, expresó.
Desde el respeto que la enfermedad merece y entendiendo que vidas humanas se han perdido debido a la situación, Angulo encontró en ese año en el que el mundo se detuvo, una luz que hoy le permite acariciar el sueño de Juegos Olímpicos.
“La situación aplazó todo, me dio un año para recuperarme y lo aproveché más que nada, me benefició en lo deportivo para recuperarme y ser considerado en la lista, gracias a Dios se me dio”.
Fueron más de 12 meses de altas y bajas emocionales, hoy Jesús vive uno de sus mejores momentos futbolísticos, seleccionado nacional, campeón en el torneo Preolímpico, disputó su primera liguilla con Atlas y además recibió una ampliación de contrato con una mejora económica acorde a su rendimiento.
Lo que pudo ser un 2020 de pesadilla, le dio el tiempo para alcanzar un 2021 de ensueño, Jesús está enfocado en representar de la mejor manera al Tricolor, además de los Rojinegros de Atlas, de cuyo equipo es el único convocado por parte de Jaime Lozano para esta justa.
MC