Algunos optaron por ir a casa, intentar descansar y digerir el trago amargo, otros siguen en Querétaro o en el peor de los casos, no han logrado ser localizados. La madrugada del domingo vio como el Estadio Jalisco recibió varios camiones de aficionados del Atlas que hicieron el viaje a La Corregidora y fueron agredidos por los aficionados locales.
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La intención fue hacer una colecta para colaborar con gastos de hospitalización, pero sobre la marcha, se acercaron con velas e hicieron guardia esperando noticias.
Ahí mismo, familias buscaban información de sus seres queridos. La noche fue larga y no es para menos, lo mostrado en televisión y redes sociales hacía pensar a muchos lo peor.
Ni siquiera la llegada del Gobernador del Estado Enrique Alfaro después de las 11 de la noche, calmó las ansias de los presentes, quienes entre gritos y sin importar el cuerpo de seguridad del mandamás, clamaban por justicia y pedían se aplique todo el peso de la ley.
Pasadas las dos de la mañana arribó el primer camión al estacionamiento del Monumental, quienes así lo requirieron fueron atendidos por los paramédicos presentes.
"A mi novia y a mi mamá les pegaron, eran más de 15 contra nosotros. Gente de Querétaro nos ayudó a conseguir playeras", lo que se podía escuchar.
Entre los heridos del primer camión no hubo distinción de edad o sexo, personas de la tercera edad, adolescentes, todos con la idea de ir a disfrutar de un partido de fútbol, pero regresaron con el impacto de algo que se quedará para toda la vida.
Un día triste para el futbol mexicano, traumático quizás para más de uno de los afectados. La realidad, es que no es el primer capítulo de violencia, pero la Liga MX ha manifestado su intención de que sea el último.
MC