Cruz Azul, las voces de una lucha

El grupo de cooperativistas que apoya a Guillermo Álvarez Cuevas por fin habló de la situación en la Cooperativa; antes, el sector opositor se manifestó a las afueras de su reunión

Disidentes de Cruz Azul piden salida de Guillermo Álvarez (Imago7)
Eduardo Espinosa
Ciudad de México /

Brazo en alto y con credencial en mano, los cientos de cooperativistas de la cementera Cruz Azul que se congregaron hoy en un hotel al sur de la Ciudad de México buscaban un solo objetivo: demostrar que la razón está de su lado.

Pero no estaban juntos. No. Desde hace casi una década en la Cooperativa La Cruz Azul ha imperado la división y la pugna por el poder. Hoy fue un episodio más.

Sin embargo, y a diferencia de otras ocasiones, los dos grupos que protagonizan esta lucha estuvieron en el mismo lugar: uno para reaccionar a las acciones del otro.

Sí, porque el que convocó fue el sector de cooperativistas que apoyan a Guillermo Álvarez Cuevas. Hoy, por primera vez, este bloque de la cementera hablaría abiertamente del conflicto que se vive desde hace años; para ello organizaron un desayuno con los medios de comunicación.

El otro grupo, al que se le ha denominado "disidente", se enteró de este evento y fue a tratar de boicotear la reunión. Con pancartas y mantas, se plantaron casi 100 personas para manifestar su rechazo a Álvarez Cuevas. La confrontación había iniciado.

"NO SOMOS CINCO"

Poco antes de las 9:30, decenas de manifestantes se arremolinaron en la entrada principal del hotel Royal Pedregal. Encabezados por José Antonio Marín y Víctor Manuel Velázquez, la consigna se repetía una y otra vez: "Fuera Billy, fuera Billy".

Cada uno emitió un mensaje en el que repitieron el mismo mensaje que han dado en lugares como Palacio Nacional o la Federación Mexicana, señalando la corrupción en la Cooperativa, el abuso de poder, y solicitando la intervención del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para resolver este conflicto.

Una y otra vez repitieron que no es la pelea de unos cuantos, sino de la mayoría de los cooperativistas, fue entonces que sacaron sus credenciales de socios y las enseñaron a los medios presentes. "No somos cinco, no somos diez, somos cientos los que estamos en pie de lucha", gritaban.

Los ánimos se elevaron cuando algunos socios del otro bando, que iban llegando al desayuno programado con los medios, pasaron por ese lugar. "Traidor, vendido..." y demás calificativos se escucharon una y otra vez. Había enojo.

POR FIN SE ABREN

Guillermo Álvarez Cuevas siempre había dicho que el conflicto en la Cooperativa era un tema que se tenía que tratar en lo interno y no ventilarse en los medios de comunicación. Esto ya cambió.

El mismo Billy abrió la puerta cuando el martes pasado convocó a una conferencia con MILENIO-La Afición y otros medios para hablar exclusivamente de este tema. Hoy los cooperativistas que lo apoyan siguieron el ejemplo. Ellos tomaron la iniciativa de convocar a la prensa y dar su versión.

"Ya era el momento de abrirnos y decir las cosas cómo son", menciona uno de ellos. Entonces, comenzaron los discursos en un salón en el que había más del doble de cooperativistas que de los que estaban afuera.

"Aquí no hay acarreados", se escucha a lo lejos, y entonces desde el templete Jorge Hernández -el vocero de La Cooperativa- invita a todos los socios a mostrar sus credenciales. La escena de afuera se repite ahora adentro. Los cooperativistas se ponen de pie y muestran la tarjeta que los acredita como miembros de la cementera.

Aquí las consignas cambian: "Billy, Billy, Billy", resuena en diferentes momentos de la conferencia.

UNA RESPUESTA DE 78 MILLONES

El grupo que apoya a Álvarez Cuevas -ausente en esta reunión- señala una y otra vez que los socios de afuera son mínoria, que han tenido que llevar a sus familias y "acarreados" para llenar sus protestas. Ahora, ellos que han permanecido en silencio, deciden hablar y aseguran que hay muchos casos en los que se demuestran las mentiras de los opositores.

Pero hoy solo se concentrarán en una: el desfalco de 78 millones de pesos que supuestamente José Antonio Marín sustrajo de la Cooperativa cuando estuvo durante cinco días en las instalaciones de Gran Sur. Traen facturas para argumentar que este dinero se gastó en abogados al servicio de este mismo grupo.

Aseveran que no se quedarán con los brazos cruzados y esperarán que el sistema de justicia les dé la razón.

Así transcurre la mañana y terminan con un viva hacia la Cooperativa Cruz Azul. Sí, el episodio de este día tuvo como símbolo aquellos brazos en alto con la credencial en mano de ambos grupos, para demostrar que son mayoría y la razón está de su lado.

MGC

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