Al Cruz Azul de esta temporada le falta consistencia. Tiene ratos buenos por muchos malos y apáticos. Por un momento, cuando logró irse arriba en el marcador, parecía que se encaminaría a un triunfo sin sobresaltos sobre Puebla, pero luego se sumió en el conformismo y estuvo a nada de que le sacaran el partido, solo que Corona le detuvo un penal a Cavallini para dejar todo 1-1.
Pero son ese funcionamiento no irá demasiado lejos. Y es que el primer tiempo bien puede borrarse de las estadísticas y nadie reprocharía nada. El nivel de ambos conjuntos quedó muy por debajo de lo esperado, tal vez un poco más justificado en el cuadro de La Franja por el reciente cambio de entrenador, pero inadmisible en una Máquina que debía ir hacia arriba luego de dos victorias consecutivas.
Dos llegadas de Jonathan Rodríguez fue lo más rescatable. Un tiro de media distancia que fue desviado por un rival y una combinación con Milton Caraglio a la que no pudo pegarle de lleno.
En el complemento todo cambió. En el primer minuto Orbelín Pineda colgó un centro desde el sector izquierdo, Milton Caraglio se levantó sin marca alguna y conectó un cabezazo que salió apenas desviado.
La Máquina había salido con mayor idea y trataba de abrir el marcador lo antes posible. La intensidad del conjunto de Caixinha era otra y buscaba atacar por ambas bandas. Y el portugués también trató de agitarlo desde la banca, mandando a Roberto Alvarado por el argentino Guillermo Fernández. A los pocos instantes de realizado este movimiento Cruz Azul por fin pudo abrir el marcador. Al 61’ Juan Escobar llegó a los linderos del área, sacó un disparo que pegó en Pablo González, la pelota salió desviada y le cayó justo a Elías Hernández quien fusiló sin problemas a Nicolás Vikonis para festejar de esta forma su partido número 400.
De manera un tanto fortuita La Máquina ya ganaba, pero estaba claro que en el complemento había logrado inclinar el partido de su lado, pues Puebla a duras penas podía armar algún tipo de contragolpe.
Sin embargo, y tal como le ha pasado antes, Cruz Azul bajó las revoluciones. La ventaja lo relajó al grado que dejó que el cuadro poblano creciera. Y así, jugando con fuego La Máquina se suele quemar. En una de las pocas aproximaciones, Puebla tejió con total libertad su jugada, movió a placer la pelota hasta que llegó pase filtrado al corazón del área donde apareció sin marca Omar Fernández, quien recibió la pelota y fusiló a Corona. El árbitro primero lo anuló por fuera de lugar, pero luego el VAR le confirmó que el tanto era legal y se decretó el empate.
Ahora sí, el cuadro celeste entró en desesperación. Caixinha mandó a Édgar Méndez y Martín Cauteruccio para recuperar la ventaja, pero fue Puebla el que puso a temblar a todos en el Azteca cuando marcó un segundo tanto, pero anulado por posición adelantada. Y el corazón celeste se paralizó más cuando el árbitro sancionó un penal a favor de los poblanos por una falta cometida por Pablo Aguilar, pero ahí apareció Jesús Corona para detenerle el disparo a Cavallini y regresarle el pulso a su equipo.
Y Cruz Azul se fue con todo, tratando de encontrar un gol de último minuto, pero nunca llegó; La Máquina se tuvo que conformar con un empate que castigó merecidamente su apatía del primer tiempo.