Se viene un semestre muy largo para Cruz Azul. Sí, apenas van dos partidos y bien se podría decir que este equipo está en un bache que amenaza en convertirse rápidamente en una crisis. Esta noche, La Máquina acumuló su segunda derrota (0-1) en la temporada, ahora a manos de Puebla, que con buenos desdobles fue mejor que los capitalinos.
Pero más allá del resultado, en Cruz Azul debe alarmar el funcionamiento. Durante muchos lapsos de los 90 minutos, sobre todo en los primeros 45, el conjunto cementero fue apático, sin intensidad ni fuerza.
Sí, es cierto que este equipo ha tenido poco tiempo de trabajo con Juan Reynoso y que tampoco ha tenido ninguna incorporación, pero hace unos meses esta misma plantilla llegó a ser líder del torneo y hace mes y medio un favorito al título, hasta la catastrófica noche en Ciudad Universitaria.
La Máquina no pinta nada bien, al grado que un impredecible Puebla –con cambio de técnico y varios jugadores– se pavoneó en el Azteca durante el primer tiempo. Muy rápido La Franja entendió que con trazos largos era posible dañar al intermitente local.
Así llegó el único gol del partido, muy pronto, al minuto 8, cuando Antony Silva despejó la pelota desde su portería, un trazo tan largo que llegó hasta Walter Ormeño, quien la peinó al espacio, justo donde Omar Fernández ganó en la carrera y se acomodó para esperar el arribo de Christian Tabó, a él le llegó el balón y lo impactó con un punterazo de primera, cruzado para superar a Jesús Corona.
Cruz Azul estaba tan adormilado que Puebla volvió a llegar con un disparo de Salvador Reyes que se fue apenas abierto. Puebla tenía lo que quería y ahora venía la prueba para los de Juan Reynoso, pero solo salió a relucir la incapacidad de generar opciones.
En los primeros 45 minutos, lo único rescatable para La Máquina fue un desborde de Yoshimar Yotún, que sacó una diagonal para la llegada de Orbelín Pineda que mandó su remate por arriba.
En el complemento llegaron los cambios. Entró Jonathan Rodríguez –envuelto en la polémica por un video que circula en el que está en una fiesta– y hubo una pequeña mejora; luego Misael Domínguez y La Máquina tuvo una chispa adicional, pero nada que lo acercara al empate.
De Puebla, salvo un cabezazo en tiro de esquina de Segovia, no hubo nada más. Para La Franja ya era irrelevante, pues con el 1-0 bastaba ante tan grisácea versión cementera.
Cruz Azul no tuvo mayores argumentos mas que el balón parado. Así vino un tiro libre de Ignacio Rivero y un centro peligroso que nadie alcanzó a rematar.
Así se consumieron los 90 minutos. Puebla, sin ser la gran maravilla, venció a una Máquina tan fría y desabrida, tal como no se había visto en mucho tiempo. El equipo de Juan Reynoso está en un bache que ya amenaza en convertirse en la primera crisis.
RGS