Por desgracia, uno de los momentos más importantes en la historia de Cruz Azul no es un título, sino un sub campeonato, el cual le dejó un dulce sabor a gloria en los celestes, quienes lograron unir a México en una sola playera, y no precisamente la de la Selección Mexicana.
En el 2001, La Máquina se convirtió en el primer equipo mexicano en disputar la Gran Final de la Copa Libertadores ante Boca Jrs, esto luego de dejar en el camino a los ‘grandes’ de Sudamérica como Cerro Porteño, River Plate y Rosario Cebntral.
Ante este recuerdo que sucedió hace 20 años, la leyenda goleadora de la Liga MX, José Saturnino Cardozo, quien fue refuerzo de los cementeros para este certamen, platicó en exclusiva para La Afición y se dijo orgulloso de haber vestido la playera de La Máquina.
“Cuando fui a Cruz Azul encontré un equipo muy unido. Desde que llegué me ilusioné, había muy buenos jugadores que querían dejar una buena imagen en la Copa Libertadores”, expresó sonriente el paraguayo, quien agregó: “En el primer partido nos tocó Cerro (Porteño) y el equipo jugó bien, después vinieron los equipos de Argentina, y sabíamos que no es fácil competir con ellos, y más en una Copa Libertadores, pero Cruz Azul se comportó a la altura de esos grandes equipos, no hubo nada que reprocharle al equipo".
"Le mostramos al mundo que en México se juega bien al futbol, y que hay equipos para competirle a Sudamérica. Tengo un buen recuerdo, pasamos momentos inolvidables, no siempre se juega una Libertadores, y menos una final. Estoy orgulloso de ser parte de ese gran equipo”, puntualizó el ahora técnico del Municipal de Guatemala.
Uno de los grandes enigmas que nos dejó aquella final de Copa Libertadores fue. ¿Por qué el ‘Diablo Mayor’ no cobró uno de los penaltis en la tanda definitoria que fallaron: Galdámez, Hernández o Pinheiro? Una respuesta en la que se sinceró y explicó.
“Cuando empieza a preguntar el profe José Luis (Trejo), ¿quién va a tirar? Yo levanté la mano y dije que quería ser el quinto, quería hacer el gol y recibir la Copa. ¡Imagínense hacer el quinto, darle la victoria al equipo, salir campeón en la ‘Bombonera’!, y ahí dar la vuelta olímpica!, es el sueño que yo tenía en ese momento. Lastimosamente el futbol no es predecible, uno sueña, se visualiza y se ilusiona, pero eso es lo hermoso de este deporte, siempre te da sorpresas”.
Dolió caer ante Boca
Pepe, reconoció que haber perdido esa final fue uno de los pasajes más dolorosos de su carrera, ya que aquel Cruz Azul tenía todos los argumentos para haber logrado la hazaña.
“Me dolió perder esa final, era un gran momento ganar una Libertadores, teníamos un gran equipos, con grandes futbolistas, que siempre dejaron todo en la cancha, creo que eramos superiores. Ya me había tocado perder una final con la Universidad Católica (Chile) en el 93’ ante Sao Paulo, y después llegó esta revancha, me ilusioné. Lo bonito que queda es que lo dimos todo, la vida y el corazón”.
A pesar de este dolor, para Cardozo jugar esa final, ante el equipo que vio crecer a Diego Armando Maradona es un recuerdo que nunca olvidará.
“Fue increíble jugar en la ‘Bombonera’ repleta de aficionados. Enfrentar a Boca en su estadio es un partido diferente, no se vive todos los días y es un recuerdo que se queda en tu vida para siempre”.
Las artimañas de Conmebol
Para este certamen, el expresidente de Conmebol Nicolás Leoz fue claro, y aseguró que ningún equipo invitado, y menos mexicano podría representar a su confederación en el partido de la Copa Intercontinental, en la cual el ganador se enfrentaría al Real Madrid de los Galácticos. Así que comenzaron las marrullerías de los sudamericanos.
La primera fue en su visita ante River Plate, donde tuvieron que entrenar en un campo alterno y sin luz, en la final ante los Xeneizes les aventaron gas lacrimógeno y detuvieron el partido 20 minutos, pero la que más recuerda Cardozo fue ante Rosario Central.
“Cuando fuimos a Rosario el chofer nos quiso llevar por otro lado, llegamos un poco más tarde, nos dejó a cien metros y corrimos entre huevos, gargajos e insultos que te tira la barra, llegamos al vestidor y estaba cerrado con candado y salimos a calentar más tarde de lo previsto”.
Un sabor ‘endiablado’
Para concluir , Pepe nos contó sobre su nuevo proyecto que se llama ‘El Diablo Mayor’, un vino que produce en México.
“Soy un soñador, me gusta visualizar y hacer cosas diferentes a los demás, entonces me nació hacer el vino. Estaba en Puebla y empecé a probar un vino mexicano y me encantó, entonces dije… por qué no hacer mi propio vino, mi sueño se hizo realidad.
Me presentaron a un vinícola y empezamos a trabajar y el 20 de noviembre lo lanzamos.
El producto que vendemos es de 10 puntos. Estoy contento porque en seis meses hemos vendido más de 6 mil botellas, siempre estaré muy agradecido con mi México”.