De acuerdo a datos del club, La Noria fue inaugurada el 10 de octubre de 1990. Por más de tres décadas ha sido el hogar de uno de los clubes más grandes del país, Cruz Azul, un equipo que pasó una sequía de 23 años sin título de la primera división.
Ubicada en Xochimilco, la institución decidió construir su casa de entrenamientos junto al panteón de Xilotepec. Cuentan los trabajadores, que en la madrugada de cada 2 de noviembre se lleva a cabo la fiesta de las almas, que como dicta la tradición, a las 3 de la mañana parten. Pero quizá no solo es en el Día de Muertos cuando los espíritus aparecen, pues aquellos que llevan suficientes años en las instalaciones cuentan los avistamientos de la niña de blanco. Si bien al principio los utileros se asustaban, después se volvió común.
Sin duda contrasta el verde de los campos de futbol con el gris de las tumbas. Por años se culpó al cementerio de ser la razón detrás de la maldición del Cruz Azul y es que el terreno de 46 mil 600 metros cuadrados se adquirió en 1986, pero según el periodista Carlos Barrón en su crónica “El camposanto de cemento” de 1998, el club “le robó” espacio al panteón para construir.
De ahí surgen las leyendas, aunque con tantos testigos de los distintos actos paranormales que suceden ahí entre ruidos de risas, burlas, niños jugando, un trabajador paseando, perros con ojos negros o rojos, quizá no se traten de leyendas.
JR