Uno de los técnicos más recordados del futbol mexicano es el argentino Rubén Omar Romano, quien a pesar de no haber logrado conquistar un título en la Liga MX fue uno de los más solicitados por los clubes nacionales, debido a su estilo de juego propositivo, vertical y protagonista, por lo que en sus 42 años en México, de los cuales 20 fueron como estratega dirigió al Atlético Celaya, Tecos, Morelia, Pachuca, Cruz Azul, Atlas, América, Santos, Puebla y Tijuana.
En el 2018, Romano se alejó de las canchas y en el 2021 fue operado de emergencia tras sufrir un paro cardiaco. A casi dos años de este evento, Rubén Omar recordó en entrevista con el periodista David Medrano su carrera profesional en México, destacando la historia que lo marcó mientras era estratega de Cruz Azul. El secuestro que sufrió en las afueras de las instalaciones de La Máquina en La Noria.
Rubén recordó que los secuestradores le pidieron inmediatamente el teléfono del ex presidente de la Cooperativa celeste Billy Álvarez.
“Gracias a Dios hoy puedo contarlo, yo tuve mucha suerte. Yo creo que fueron por Cruz Azul, en cuanto llegaron querían el teléfono de Billy Álvarez, en ningún momento me pidieron el teléfono de mi familia, seguramente querían que Cruz Azul pagara. Yo no tenía el teléfono de Billy y jamás iba a dárselos, el primer teléfono que se me ocurrió fue el de (Isaac) Mizrahi”, puntualizó el timonel.
“En el momento saqué mi reloj, pero llevaban un arma larga, me dicen que el reloj no y cuando me quiero bajar de la camioneta se va para adelante, vuelvo a meterme para detenerla y soltó un disparo, pegó en la ventanilla de atrás. Lo peor fueron los 30 minutos que me cambiaron de auto hasta llegar a donde me tuvieron, fueron bravos esos minutos”.
Romano duró 65 días secuestrado, tiempo en el que nunca fue violentado físicamente por sus captores.
“No tuve violencia física, solo el culatazo cuando me bajaron la cabeza, todo fue psicológico, venía uno que te amenazaba, los últimos 20 días me obligaban a decirles a mis hijas que me cortarían un dedo, eso fue lo más fuerte, en general se portaron bien”
La traición
Luego de que fue liberado, Rubén regresó a dirigir a Cruz Azul, equipo del que salió porque la directiva creía que necesitaba un descanso.
“Ver a mi familia y volver a dirigir me mantuvieron vivo. No salgo de Cruz Azul por malos resultados, ellos creían que tenía que descansar y después pasó lo que pasó; les llenaron la cabeza para que se quedara Isaac (Mizrahi) y ahí se viene la separación porque para mi fue una traición. Nunca habló conmigo, al otro día que no renovamos él viajó a Miami, se dejó encandilar, para mí, creo que se equivocó. Hay líneas en el futbol que no van”.
Continuando sobre el tema de la lealtad, Romano recordó que salió del América por ser leal a Guillermo Cañedo, quien lo llevó a Coapa.
“Ya le había dicho dos veces que no al América y fui dos meses porque Guillermo Cañedo me habló y me pidió ayuda, me dijo que habría una reestructuración y en la restructuración no estaba él y me fui”.
FCM