Paco Villa, narrador y analista de TUDN, es aficionado confeso de Cruz Azul, a lo largo de su carrera le había tocado vivir diversos episodios de amargura y frustración por ver caer a su equipo en la búsqueda del añorado título. Le tocó estar en las transmisiones de las finales del Clausura 2013 y Apertura 2018 y en las semifinales del Guard1anes 2020, que han sido de los golpes más duros para los cruzazulinos.
Sin embargo, el pasado domingo 30 de mayo, por fin, le tocó la otra cara de la moneda, la de poder narrar el ansiado título celeste, ese que tardó más de 23 años en escucharse. Su relato estuvo cargado de emotividad y se hizo viral por la carga de sentimiento que trasladó al momento de poner fin a la espera del pueblo celeste.
Como aficionado celeste, Paco admite que hubo muchas jornadas de frustración al ver cómo se le iba el título de Liga una y otra vez. Y apunta que al inicio del año guardaba pocas esperanzas de que el Guard1anes 2021 fuera el torneo en el que terminara la sequía porque “Cruz Azul arranca sin director técnico, con ese durísimo golpe del torneo anterior. La verdad, pensé que iba a pasar mucho tiempo más después de lo que sucede aquel 6 de diciembre en Ciudad Universitaria”, cuando perdió una ventaja de cuatro goles con Pumas.
Cadena de amarguras
Paco acepta que fueron muchas noches las que se fue a casa con la amargura de la derrota, sobre todo en tres ocasiones: las finales del 2013 y 2018 y en diciembre pasado. “Es terrible, por supuesto casi torneo a torneo había esa sensación y otras en las que te resignas antes, pero el golpe duro, el golpe fuerte de que estás muy cerca, arrancando por el (Clausura) 2013, en el (Apertura) 2018 no fue tan duro porque Cruz Azul no jugó nada bien. Y contra Pumas (semifinales Guard1anes 2020) merecía perder”.
Aquella derrota ante Universidad Nacional, fue bautizada por el narrador como ‘la cruzazuleada más grande’ y cuenta porque para él esa fue la derrota más grande. “Me dolió más está con Pumas, porque era un 4-0 y ver que tu equipo durante 90 minutos es pasivo; aquella final del 2013 creo que Cruz Azul hace todo lo posible por ganarla. Y en la semifinal con Pumas, Cruz Azul merecía perder; vas 4-0 arriba y juegas 90 minutos a defenderte. Le temblaban las piernas al equipo, para mí fue insultante lo que pasó esa noche en el Olímpico Universitario… Recuerdo con gran frustración y gran amargura llegar a mi casa esas tres veces”.
El éxtasis contenido
Entonces llegó el pasado 30 de mayo, cuando Cruz Azul había sorprendido a sus más fieles seguidores, volvió a una final y después de 180 minutos ahora sí alcanzó la gloria. “¡El árbitro señala el final del juego… 23 largos años con 5 meses y 23 días han pasado, La Máquina celeste del Cruz Azul celebra, brinca, grita, es campeón; campeón del futbol mexicano!” narraba con emoción Paco Villa, al tiempo que invitaba a la hinchada celeste a celebrar después de tantos tiempos amargos.
En el video de su narración se ve a un Paco exultante; ahora, cuenta cómo vivió esos instantes y que fue hasta que volvió a su casa cuando las lágrimas aparecieron. “Me contuve, realmente no solté las lágrimas, cuando hago esta expresión (llevarse las manos a la cara) fue una expresión de tratar de contener un poco el sentimiento de cruzazulino, que se me salieran las lágrimas ocurre hasta que llegó a la casa, ahí con la familia, en lo más interno. Lo que se ve en el vídeo fue un momento de explosión interna, creo que sí narre mucho más con el cruzazulino que llevo dentro; tanta frustración entendida en carne propia del cruzazulino, y también en la ajena, del que ha estado cerca del cruzazulino, y de los que le van a otros equipos, todo el mundo entendía el momento que sacaba el cruzazulino en ese instante, y la realidad es que las lágrimas las suelto hasta que llegó a casa”, cuenta.
En paz
Tras el ansiado título, Paco Villa dice que ha quedado en paz con La Máquina después de tantos sinsabores, pero tiene una petición clara: que la espera no se vuelva a alargar por tanto tiempo. “Ahora el sentimiento es ‘¡qué bueno que supe esperar!’, ‘¡que bueno que me quedé!’, ‘¡qué bueno que fui fiel!’. La satisfacción de un título es enorme para uno que es muy aficionado al futbol, pero es mucho más cuando la espera es más larga. Lo que le pediría a Cruz Azul es que mantenga a la mayor parte de estos jugadores, que trate, en la medida de lo posible, de crear una dinastía, que se refuerce, que haya constancia y claro, que no nos deje pasar olvídate de 23 años, que no pase un lustro sin ganar”.