El 30 de octubre de 2002, Jorge Vergara prometió a los miembros del Club Deportivo Guadalajara Asociación Civil el Chivadome, un estadio para 50 mil personas. También hizo tres propuestas a quienes decidían el destino de la organización detrás de Chivas, el equipo ícono de la mexicanidad en el futbol nacional.
Fueron 146 votos de la asamblea, que fue por demás polémica, que dio el visto bueno para convertir el club en Sociedad Anónima, una victoria que Jorge Vergara celebró ese mismo día tras salir de la instalaciones rojiblancas, previo a la votación que era el primer paso en su proyecto que hasta ahora ha cosechado dos títulos de liga, entre otras alegrías que los aficionados le deben al proyecto del empresario tapatío.
“Una Asamblea impugnada que hizo caso omiso a una orden judicial de un tribunal civil. Y bajo este marco, una asociación civil agonizante para dar paso a una sociedad anónima recién nacida”, describía la crónica al siguiente día 31 de octubre en las páginas de La Afición.
El dueño de Omnilife presentó tres propuestas a los miembros de la A.C. antes de dejar el sitio: "1 millón 250 mil pesos para quien quisiera ser socio de la nueva SA; 1 millón 750 mil pagaderos en enero de 2003 y ocho pagos trimestrales hasta completar seis millones de pesos; o 3.5 millones de pesos en pagos diferidos de aquí a enero de 2003 como única liquidación", se consignó en el diario.
En la asamblea, se destituyó al Consejo de Directores de Francisco Cárdenas y como nuevo presidente del club quedó Carlos Moyano, durante el periodo de transición de 90 días.
En 2002 se vivieron meses de incertidumbre y comenzó un largo litigio que incluso alcanzó la Suprema Corte de la Nación, instancia que recientemente le dio la razón legal a Vergara y compañía.
SRN