Desde los comienzos de la era Vergara los grandes jugadores del Rebaño han recibido malos tratos, vejaciones y algunos de ser capitanes pasaron a ser corridos por la puerta de atrás, como Salcido o como Omar Bravo, o Héctor Reynoso, o como Ramón Morales, Adolfo Bautista y Oswaldo Sánchez.
La constante es la misma, corridos de la noche a la mañana y todos sin un homenaje, sin un partido de despedida. Como si no le hubieran entregado sus mejores años, siempre es la misma, la directiva dándole la espalda a los ídolos.
Oswaldo Sánchez tenía menos de una semana que había levantado el título en Toluca, cuando llegó una oferta del Santos Laguna, era buena para la directiva y al jugador le duplicarían el sueldo. La dirigencia tapatía aceptó de inmediato y Oswaldo se iba al Torreón. Chivas hizo un negocio millonario vendiendo a su capitán. Oswaldo sufrió cada visita al Jalisco, Le aventaban monedas y billetes falsos y le gritaban mercenario cuando la directiva lo negoció a la entidad lagunera
Adolfo Bautista se fue a Jaguares por orden del Chepo de la Torre, el técnico se peleó con Adolfo y pidió su transfer. La directiva le dio la espalda al de Dolores Hidalgo y cometieron uno de los errores más graves en la era Vergara. A los pocos meses, Chepo de la Torre fue despedido y recompraron al Bofo. Bautista no se quería ir, pero la directiva no lo retuvo pese a ser el más grande ídolo de esa generación.
Ramón Morales era el capitán, el Moncho o Ramoncito. La gente lo quería y lo sigue queriendo. Estaba por comenzar una temporada más con Chivas y el Rebaño tendría un amistoso en la Piedad, de donde es él. Un día antes del juego donde sería homenajeado, le llamó Efraín Flores, en ese entonces alto directivo de Chivas y le dijo no vas a jugar y si te presentas a recibir el homenaje tenemos la orden de que el equipo no salga a jugar y se suspende el partido. El homenaje era de parte de la marca deportiva Marval y Ramoncito no se presentó al juego y a los pocos días se fue a Estudiantes Tecos, porque Chivas le cerró la puerta en la cara.
Héctor Reynoso había recibido una llamada al concluir la temporada, era diciembre de 2013 y le dijeron que entraba en planes. Era el capitán del Rebaño, el que había dado la cara en las épocas malas. Un líder en toda la extensión de la palabra y lo cortaron a pocas horas de que se cerraran los registros. Reynoso se enteró que Chivas había fichado a Jaír Pereira y que tenía que buscar suerte en otro lado y de última instancia agarró un lugar en Morelia. A la fecha Reynoso no sabe por qué lo cortaron así, cuando le habían dicho que él seguiría en el plantel
Omar Bravo es el máximo referente goleador en la historia del Rebaño. Bravo Tordecillas superó en goles a don Chava Reyes, pero en sus tras ciclos con Chivas no siempre fue bien tratado. Cuando tuvo la oferta del Recreativo de Huelva lo separaron del plantel para contener sus ganas de irse a Europa, después se quedó sin equipo y no lo ficharon, tuvo que ir al Atlas para que su carrera tuviera un segundo aire. Bravo volvió al equipo y se fue por la puerta de atrás, sin partido de homenaje, es más para la rueda de prensa de su adiós, Chivas no le prestó el estadio para dar su anuncio.
Rodolfo Pizarro el ídolo juvenil de Chivas fue vendido por una cifra millonaria. Él tenía contrato y declaró abiertamente que quería seguir en el club, pero él fue señalado como el soplón con la prensa capitalina sobre la deuda de tres millones de dólares que tenían por la falta de pago de las primas por ganar el doblete de Copa y Liga. Pizarro fue vendido en operación venganza, pues era de los iniciadores del movimiento que evidenció a la directiva. La gente sigue extrañando su fútbol, pero ahora juega para Rayados. Pizarro se metió con la persona equivocada en Chivas
Carlos Salcido, el hijo del pueblo, el más humilde del plantel fue orillado por José Cardozo a irse del equipo teniendo contrato. Salcido debutó con Chivas ya grande, jugaba por dinero, pero no por mercenario, porque era muy pobre. Su primer sueldo fue de siete mil pesos y no la creía, dijo que jamás le quitarían la camisa y no se la quitaron. Salcido se despidió de Chivas ante la indiferencia de los directivos, ninguno se presentó a darle el adiós, como si se tratara de uno más y no de uno de los más grandes jugadores en la historia rojiblanca. Chivas le dio la espalda a Salcido y se fue por la puerta de atrás, dolido y sin poder hacerlo en la cancha. Los maltratos a los ídolos en Chivas se repiten.
MC