Una vez finalizado el certamen para la escuadra, el técnico del Puebla Femenil, Pablo Luna, destacó que si bien la justa no concluyó como a él hubiera gustado, el balance del torneo es favorable de cara al futuro, ya que si bien no se obtuvieron buenos dividendos en la campaña, la base que se conformó le brinda la confianza como para pensar que el Clausura 2023 serán un equipo sumamente competitivo.
“Me hubiera gustado terminar este torneo con un mejor resultado, sobre todo ante Bravas sacar un buen resultado, lo bueno de este torneo puedo mencionar es que tenemos una base, ya no necesitamos mover tanta gente como el torneo pasado, este equipo joven, ya tiene una base, es importante apuntalarlo, es obvio. Nosotros tenemos una base que me gusta mucho, es muy competitiva, a veces el orden, la idea de conjunto nos da para estar compitiendo. Estoy seguro que el siguiente torneo vamos a ser muy competitivos, estaremos en la fiesta, dentro de los primeros ocho”.
Sentenció que a diferencia de otros conjuntos, que invierten grandes cantidades de dinero en adquirir jugadoras de experiencia y renombre, el Puebla está pensado para ir desarrollando su propio talento, de ahí que será cuestión de tiempo para cosechar lo que se pretende, a sabiendas de que la paciencia y el trabajo serán fundamentales.
“Este torneo fue trabajar con gente, chicas jóvenes, a la larga eso nos da, los rivales, Tigres, Xolos, Ciudad Juárez, Monterrey que invierten dinero, a la larga nosotros no tendremos que invertir tanto por la estructura de trabajo que tenemos, es una diferencia, es un proyecto a largo plazo, sí claro que nos gustaría a todos dar resultados al momento, la base está, la idea de juego, competimos hasta donde podemos”.
En ese sentido, admitió que el peso que algunas jugadoras tienen dentro de sus respectivos conjuntos, marcó diferencia en la mayoría de encuentros que se encararon durante la campaña, donde también la juventud y falta de madurez de sus dirigidas les cobró factura, pero que son factores que con el paso de los cotejos se irá adquiriendo y mejorando.
“Cuando te enfrentas a grupos o equipos que tienen cuatro o cinco jugadoras de mucho peso, llega un momento que te desequilibran la línea por más ordenado que esté el partido, esas jugadoras están haciendo la diferencia en sus equipos. La juventud e inmadurez te lleva a resentir, estás luchando para mantener un juego y llega un gol en el momento menos esperado, emocionalmente el equipo cae constantemente, pero eso sólo te lo da el oficio, las horas de juego, la competencia te da la madurez de soportar los altibajos en los partidos, eso lo tienen todos los equipos, esos altibajos pasan”, apuntó.
CHM