América se llevó por delante a Chivas. Las Águilas salieron a ajustar cuentas pendientes y lo hicieron a punta de buen futbol y de goles, porque compitieron de principio a fin con la misma intensidad y con un plan muy claro, lastimaron al Rebaño con la pelota y no le dieron margen de reacción, un 4-0 irrefutable que deja herido al cuadro tapatío.
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Da lo mismo que ambos equipos estén lejos de su mejor versión, el Clásico te obliga a sacar una mejor cara, se compite a corazón abierto y con la sangre bien caliente, lo entienden América y Chivas que le dieron un matiz diferente.
En Coapa había cuentas pendientes, porque lo ocurrido en las semifinales del curso pasado es una herida punzante todavía, había tantas ganas de estar que hasta Jardine aparcó el reposo, no quiso dejar a sus jugadores y estuvo en el banco y aunque no fue el mismo pasional de otras noches sí que vivió de manera intensa su primer Clásico Nacional.
Y cómo no, si su equipo salió con más determinación, entendió mejor el partido y lo compitió desde lo físico, lo emocional, lo táctico y lo futbolístico. Fue la mejor versión de las Águilas bajo el mando del brasileño, porque el cuadro de Coapa se fue adueñando de la pelota y secó cualquier plan de Chivas.
La gasolina del Rebaño se fue agotando, sobre todo en el medio campo, porque Gutiérrez, Beltrán y González solo correteaban camisetas amarillas; mientras América procesaba su partido con Jonathan y Fidalgo, Valdés ejercía de péndulo. Iban y venían los americanistas y en Chivas nadie tomaba la pelota para darle sentido a su juego.
Llegan los goles para las Águilas
América se sentía plácido, pero le faltaba chispa en ataque, pero supo encontrar la llave. De un saque de banda, Valdés tomó la pelota, conectó con Quiñones y éste abrió para Brian, el charrúa, que vive en estado de gracia, recortó hacia el centro, fue dejando en el piso rivales como si fueran bolos y casi sobre el manchón penal tiró con derecha, el balón golpeó en el Chiquete Orozco y se fue al fondo. América pegaba primero y desnortaba a Chivas al 20’.
El Rebaño no supo reaccionar, no encontró el modo de superarlo, competía en lo físico, pero no en lo futbolístico, Alvarado y Vega no desequilibraban y Marín nunca tuvo una pelota a modo. América mordía para recuperar la pelota y no dejaba de darle un buen sentido a su juego.
El boquete en el centro del campo tapatío se hizo más evidente en el segundo gol de América, tras una recuperación, el balón le llegó a Valdés, el chileno vio carretera libre sin peaje, porque los defensas rojiblancos corrieron temerosos hacia su arco en lugar de salir a retarlo, Diego no tuvo más que encontrar la zona de disparo y sacó un derechazo que besó las redes, porque el vuelo de Jiménez solo le dio más brillo a la postal del andino. Al 38’, las Águilas se llevaban por delante al Rebaño.
Despierta tarde
Paunovic movió el banco, sacó a un extraviado Alexis y al Chapo Sánchez, le dio entrada a Sepúlveda y Mozo, pasó a jugar con línea de tres y el cambio fue radical, en apenas unos segundos su escuadra mostró lo que no hizo en todo el primer tiempo, incluso Marín descontó, pero no subió al marcador porque estaba en fuera de juego. Chivas avisaba que no estaba muerto.
América no se estresó, tampoco arrugó, incluso Quiñones estuvo cerca de marcar el tercero, pero Jiménez se lo negó con un buen manotazo. El partido se hizo de norte a sur, pero con la ansiedad y la obligación en el cuerpo de los tapatíos. Y en un contragolpe una mala decisión de Brian privó al equipo de ampliar la ventaja.
Sin embargo, América percutió. Sí, Igor Lichnovski, quien se presentó en el Clásico Nacional, se mandó una gran jugada: pegado a raya de fondo, rescató el balón, lo pisó y se fue de su marcador, asistió a Valdés y éste la puso en el ángulo. Segundo gol de gran manufactura del ‘10’ azulcrema. Aunque el Rebaño buscó reaccionar Alvarado se topó con Malagón. Y al 79’, Zendejas culminó una contra, ahora sí, bien llevada por Brian. Hasta los cambios le resultaron mejor a Jardine.
América se llevó por delante a Chivas, no fue en Liguilla, pero ajustó cuentas, cuando nadie pierde los cables en el cuadro Coapa, la distancia entre uno y otro es considerable. Las Águilas se llevan el Clásico Nacional porque fueron mejores de principio a fin. América ganó, gustó y goleó y eso ante su acérrimo rival vale más que tres puntos.
AVV