Al América el triunfo sobre Pachuca se le fue en un detalle, había trabajado el partido el cuadro azulcrema, pero la falta de contundencia y un descuido en defensa sellaron un empate a un gol en el juego de ida de las semifinales. El equipo de Fernando Ortiz deberá ir el domingo al estadio Hidalgo a pelear a sangre y fuego su pase a la final.
América salió en plan tromba, con el deseo de marcar un gol que hiciera temblar a los Tuzos, conscientes de que ahora la posición en la tabla no está a su favor y no tardó en encontrarse con una situación clara de gol.
Sin embargo, la contundencia no es algo que esté acompañando a los delanteros de las Águilas este semestre y eso quedó claro en un par de ocasiones en las que pudieron haber puesto el Azteca en un punto de ebullición.
Se pierden el gol
Una buena conducción de Fidalgo acabó con un pase filtrado del español para Viñas, el charrúa controló y se plantó frente a Ustari, pero se llenó de balón y su tiro fue repelido por el portero argentino.
Era el minuto 7 y ya había un lamento de los americanistas, esas ocasiones marcan la Liguilla y a las Águilas se les fue la primera, aunque el equipo del Tano Ortiz siguió a lo suyo, mordía en medio campo, tomaba la bola y una y otra vez se lanzaba en busca del gol.
Las Águilas mordían, apenas y concedían tregua a los Tuzos, que no veían la bola, estaba desconectado el conjunto hidalguense que no lograba activar a su gente desequilibrante, ni Avilés, ni Ibarra ni Ibáñez lograban activarse en el encuentro, porque en la recuperación los azulcrema iban un paso adelante; sin embargo, la gasolina amarilla no fue eterna y Pachuca de a poco fue templando el partido hasta bajar las revoluciones del mismo. Se dio un respiro América, que esperó a que Fidalgo, Valdés y Roger tomaran un segundo aire.
Fue casi al final del primer tiempo que se presentó otra muy clara. Fuentes llegó a raya final y tiró una diagonal que quedó en el manchón penal, ahí apareció Valdés, pero el mejor anotador del América en el curso no empalmó bien la pelota y ésta se fue encima del larguero.
Segundo lamento de las Águilas, esas ocasiones pueden echarse de menos y más cuando Pachuca necesitó solo de una pelota para meter miedo. A la salida de un córner Luis Chávez se elevó en el área, cabeceó la pelota y sobre la raya Memo salvó su portería, puro reflejo del capitán americanista.
Al descanso los azulcrema se fueron con la sensación de amargura por los dos goles perdonados y con alivio por la salvada de Ochoa.
El líder responde
Para el complemento Pachuca ya no jugó tan atrás, eso parecía invitar a un intercambio de golpes, a la espera de que los azulcrema corrieran un poco más de riesgos en busca de un gol que les diera ventaja. Y la jugada que esperan las Águilas llegó.
Y hasta cierto punto fue una reivindicación de dos jugadores que fallaron en el primer tiempo. Viñas tiró de pulmones y de arrastre, se llevó la bola y sacó un fuerte zurdazo que Ustari repelió, pero el rebote lo cazó Valdés y el chileno con un remate mordido la mandó al fondo al 55’.
Un nuevo partido y ahora la ficha estaba de lado de Pachuca para cambiar su propuesta. Ahora sí los Tuzos recuperaron algo de la imagen que los hizo líderes generales, pero también se toparon con un equipo con mucho temple defensivo.
Ningún entrenador se atrevía a mover algo, como si hubiera temor a cambiar la dinámica. Hasta que Almada recurrió a Fernando Navarro para tener un poco más de fuerza en el centro del campo y le funcionó porque un pase de Fernando asistió a Avilés que acabó en el suelo por un ligero toque de Jorge Sánchez, penal de VAR y desde el manchón Nico Ibáñez empató el juego al 82’.
No pasó más, los dos equipos jugaron a lo suyo, en esta ocasión al América no le alcanzó, pero no llega al juego de vuelta muerto, será una prueba de fuego la que tendrá, digna de su jerarquía. Si a medio torneo estaba muerto, el domingo ahora sí tiene que dejar la vida por el pase a la final.
MGC