André Jardine transmite mesura, su rostro es de calma total, controla muy bien las emociones y la euforia, aunque sí que es un tipo muy pasional y vive los partidos a tope. El brasileño está a un mero trámite de jugar su primera final en México, pero el va sereno, respeta que hay un juego de vuelta y apela a la conciencia de no caer en excesos de confianza.
“Creo que cuando tú tienes el objetivo muy fuerte en la cabeza sabemos donde queremos llegar, nos conducimos buscando evolucionar como equipo, crecer, mejorar errores defensivos y ofensivos. Se gana, pierde o empata, pero nuestra rutina es igual. Vamos a encarar el partido con toda la seriedad, hay que buscar nuestra mejor versión siempre y así va a ser”, dijo.
Desde el primer día en Coapa a Jardine se le transmitió la necesidad de que el club tenía que pelear por el campeonato de liga, por ahora ya ha superado el escalón que nunca alcanzaron Santiago Solari y Fernando Ortiz. Sí, pelear por la 14 y conquistarla es algo que le ilusiona y le ha dedicado un par de sueños a ese momento.
“Nos permitimos soñar en algunos momentos del día, es bueno esto, tener tus sueños, imaginar un final feliz porque para esto trabajamos, pero te permites poco, en el instante siguiente piensas lo que debes hacer cada día, ser lo mejor posible en cada momento de cada día. EL foco es el paso siguiente, el día siguiente, a veces un poco antes de dormir, sueñas, transmites al universo lo que quieres y tus sueños, pero muy enfocado en el próximo paso, humilde, tranquilo, sabiendo que hay otros equipos trabajando para esto. Al final lo que te cambia es hacer por merecer y eso se logra haciendo lo mejor posible todos los días. De acuerdo con la ambición es el nivel de trabajo diario”.
Y es que André sabe que en este banquillo la presión puede ser desgastante, pero él apunta que no la tiene, porque señala que todos trabajan de la mejor manera para alcanzar las metas que se han propuesto ellos y los directivos.
“Un entrenador nunca duerme tranquilo, es parte de la profesión. La preocupación es de acuerdo con la responsabilidad que tienes y un entrenador tiene una muy grande, son muchas decisiones que tomas. Es imposible ser una persona tranquila en el sentido de que piensas siempre en las decisiones que debes tomar. Soy siempre una persona ocupada con las funciones que tengo y las decisiones que tengo que tomar, pero al mismo tiempo confío porque tengo un cuerpo técnico muy competente, tengo personas estudiando rivales, personas estudiando a nuestro equipo, personas atentas a cualquier cosa para que yo tome las mejores decisiones. La presión no me pega porque es imposible hacer más de lo que hacemos. Entrego todo lo que tengo a América, mis experiencias, las competencias de mi cuerpo técnico para servir al equipo de la mejor manera. El resultado es consecuencia de lo que haces todos los días”.
MGC