Domingo 29 de diciembre de 2019. Juego de vuelta de la Final del Torneo Apertura. América acaba de caer ante Monterrey en el estadio Azteca en serie de penales, a las Águilas de Miguel Herrera se les ha escapado el título número 14 luego de los fallos de Nicolás Castillo y Guido Rodríguez.
En los pasillos del Azteca hay mucha desazón, porque el título se veía cerca, se había trabajado para ello, pero las Águilas se han quedado en la orilla en un juego que se definió por errores puntuales.
Sin embargo, desde ese día -y con el correr del tiempo- el americanismo encontró en César Arturo Ramos Palazuelos un personaje en el que descargó su frustración, porque consideran que el silbante les perjudicó en la final. Y ahora se lo vuelven a cruzar en una serie por el título en la que habrá muchos ojos en el desempeño arbitral.
La historia
El 5 de octubre de 2019, América perdió con Cruz Azul 5-2 en el estadio Azteca, ese día el árbitro Marco Antonio Ortiz Nava expulsó al Piojo Herrera por protestas. A su paso por la zona mixta, la prensa buscó una reacción del entrenador azulcrema, como Miguel no podía dar conferencia se limitó a decir: "No puedo hablar, ya lo saben. Hablen con el puto árbitro que viene atrás".
Miguel llamó así a un silbante, fue multado internamente por el dueño del club, sancionado por la Comisión Disciplinaria con tres partidos de suspensión y aunque ofreció disculpas, en el gremio arbitral se consideró que la sanción fue muy blanda, porque por aquellos días Televisa se encontraba en plena campaña para erradicar el grito prohibido de los estadios. Los silbantes creyeron que se tuvo mano blanda con el Piojo.
César Arturo Ramos, por aquellos días era el presidente de la Asociación Mexicana de Árbitros (AMA) y algunos silbantes cuentan que César llamó a la calma, que habría tiempo para arreglar ese pendiente. Y el escenario donde -se dice- se ajustaron cuentas fue nada menos que en el juego de vuelta de la final del Apertura 2019 que Ramos Palazuelos dirigió.
Las polémicas
Hubo un par de acciones concretas en las que el América se sintió perjudicado; la primera se dio en el minuto 25, cuando anuló un gol de Roger Martínez. Ramos fue al VAR, observó la jugada y consideró que había habido una mano de Richard Sánchez en medio campo. La mano existió, sí, pero bajo los criterios del VAR esa mano no era en ataque sino en defensa, porque se dio en una acción en la que Monterrey despejó la pelota; sin embargo, el silbante echó atrás el gol.
Después, al minuto 44 se presentó una acción en la que América reclamó un penal por una falta de Leonel Vangioni sobre Guido Rodríguez, pero de nueva cuenta Ramos Palazuelos fue al VAR y consideró que no había tal, aunque para diversos analistas sí existió dicha falta.
Y por último, no expulsó al mismo Vangioni cuando éste merecía una segunda tarjeta amarilla, mucho o poco hubiera sido un tiempo sin uno menos y con América atacando… pero Ramos Palazuelos no le dio esa posibilidad a las Águilas.
Esas fueron las acciones en las que el América se sintió afectado. Al final de aquel partido Miguel se fue cabizbajo, con una amarga derrota. César Arturo Ramos salió señalado por el americanismo. Este domingo, el silbante vuelve al partido más importante del torneo otra vez en una final en la que está de por medio América, pero ya no el Piojo Herrera.
CIG