Fernando Ortiz apareció en el banquillo de América como un bálsamo en medio de la crisis en la que el equipo quedó con la salida de Santiago Solari, el Tano asumió de forma interina, pero con un buen funcionamiento del equipo se ganó la confirmación. En el Clausura 2022 sacó del ostracismo a las Águilas y lo llevó hasta el cuarto lugar de la clasificación, entró a la liguilla de manera directa y fue eliminado por Pachuca en semifinales. Su irrupción fue bastante buena y al final del torneo fue ratificado.
El estilo que le impregnó al equipo fue reconocido, América era un equipo gustaba, pero en la liguilla siempre le faltó dar ese paso al frente, un semestre después Toluca lo eliminó también en semifinales, primer golpe amargo, pero el que más dolió fue el del Clausura 2023.
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En dicho torneo, América acabó como segundo lugar de la clasificación, llegó a semifinales donde se cruzó con Chivas, ganó el juego de ida en el Estadio Akron por 0-1, con una anotación de Alejandro Zendejas. Todo estaba servido para el juego de vuelta que se celebró el 21 de mayo en el Estadio Azteca.
Un día antes, Tigres eliminó a Monterrey en semifinales y el escenario se le inclinó a las Águilas para tener el juego de vuelta de una final que el americanismo se saboreaba, porque llegaba a la serie contra el Rebaño con la ventaja en el global y cerraba en casa, podía perder hasta por un gol y avanzar. No había un solo pensamiento negativo…
Sin embargo, América se derrumbó, ese optimismo de alcanzar la final se diluyó como terrón de azúcar, Chivas lo sorprendió con un gol al minuto 18, pero América seguía con el pase en la mano. Diego Valdés puso el 1-1 al 56’ que ponía a los Rojiblancos de nueva cuenta contra la lona, pero los tapatíos no se desmoralizaron.
Vino la roja a Álvaro Fidalgo que cambió todo, el Maguito se fue expulsado por una falta sobre Beltrán al 63’. El error de Tano es que no supo ajustar, echó al equipo para atrás cuando lo mejor que había hecho América en su gestión era ofender, ir a buscarle la cara al rival y no arrinconarse. Cuando se le pedía ser martillo el Tano optó por ser yunque.
Chivas se agrandó, le remontó y se llevó un 1-3 del Estadio Azteca, pero sobre todo el premio de jugar la final en casa, el americanismo que había llegado exultante al estadio Azteca se marchó amargado y frustrado, el acérrimo rival le había pintado la cara. El señalado por el pueblo azulcrema fue: Fernando Ortiz.
En la sala de prensa el Tano, con rostro compungido, presentó la renuncia, entendió que le había fallado al americanismo, aunque la directiva trató de retenerlo no hubo marcha atrás; días después fue anunciado como entrenador de Monterrey, equipo al que ha tampoco llevó a la tierra prometida y la presión sobre su persona aumenta.
Este sábado, Ortiz volverá al estadio donde logró su primer triunfo como entrenador en México, donde alcanzó el reflector, pero también donde fracasó, se reencontrará con una afición que no olvida esa eliminación ante Chivas y que ahora está feliz con André Jardine. Será un juego especial, porque será el último partido de las Águilas en el estadio Azteca antes de su remodelación, y porque estará en juego el liderato del torneo. El América vs Monterrey tiene muchos ingredientes especiales, la vuelta del Tano y el recibimiento que le dará la gente americanista, es uno de ellos.
ZZM