El 15 de marzo de 2020, el futbol mexicano hizo una pausa, el avance por la pandemia de covid 19 frenó de tajo a una de las industrias más fuertes del país. Los jugadores se fueron a casa y las pérdidas empezaron. El aspecto económico golpeó a los clubes en varias aristas, una de ellas, su capacidad para fichar jugadores, las entidades deportivas ajustaron el bolsillo, hicieron las cuentas a detalle, sumas y restas una y otra vez para no cometer una operación que alterará los presupuestos.
Fue un freno drástico el que impusieron los clubes mexicanos, acostumbrados a ir con la chequera abierta por Sudamérica y algunos más atrevidos hasta exploraban el mercado de Europa.
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La bonanza
Antes de la pandemia, los clubes no tenían reparo en explorar el mercado de fichajes, incluso algunos con menor presupuesto podían afrontar alguna que otra operación con jugadores de renombre, y los de mayores recursos no reparaban.
Monterrey, Tigres, Cruz Azul y América eran los equipos que solían invertir bastante en sus planteles. Por ejemplo, Rayados llegó a pagar hasta 30 millones de dólares en dos jugadores como fueron Maxi Meza y Rodolfo Pizarro, pero después de la pandemia bajó considerablemente sus apuestas, de hecho lo llegó a reconocer el entonces entrenador Antonio Mohamed.
“El mercado está muy complicado, el tema económico ha pegado muy fuerte. Si hubiera un jugador que nos guste, en otro momento se hubiera ido por él, ahora es complicado”, reconoció.
Tigres, otra de las economías fuertes, convirtió a Jürgen Damm en el fichaje más caro de un jugador mexicano vendido entre clubes de la Liga cuando pagó 10.5 millones de dólares a Pachuca en el 2015; una muestra de su poderío económico hace poco más de un lustro.
Y Cruz Azul desembolsó hasta 24 millones de dólares por Orbelín Pineda y Jonathan Rodríguez, en busca de la añorada novena. Tras conseguirla, el mexicano emigró gratis y el charrúa se fue por menos de la mitad a Arabia.
Esos son algunos de los casos en los que los clubes abrían la cartera con fichajes de alto costo, pero la pandemia cerró la llave de recursos en marzo de 2020.
A bajo costo
Después de la pandemia, los clubes buscaron la manera de gestionar sus recursos, porque los gastos administrativos continuaron. Y a la hora de los fichajes tuvieron que poner un alto a sus inversiones millonarias, pasaron a proponer intercambios de jugadores o bien encarar operaciones a precios inferiores.
El fichaje más caro que se ha dado en estos tiempos ha sido el de Diego Valdés, el chileno que dejó Santos el pasado mes de diciembre para llegar al América a cambio de 9 millones de dólares, que serían hasta 12 dependiendo de los objetivos que alcance.
Mientras, Tigres pagó 8 millones de dólares por Jesús Angulo, el defensa de Atlas que fue campeón en diciembre y que al ser seleccionado alcanzó una cotización más alta.
La muestra de cómo ha bajado el mercado está en Jonathan Rodríguez, quien llega a las Águilas por 6 millones de dólares, es decir, el 50 por ciento menos de su valor de hace tres años.
Dos años después de que la pandemia azotó al mundo, el futbol mexicano, aunque avanza en su recuperación, aún siente los estragos económicos que se reflejan en menos fichajes estelares.
MGC